Laia Pérez
En el museo trabajamos en proyectos digitales colaborativos como una herramienta más para difundir las colecciones de manera internacional. El primer proyecto digital de alcance internacional en el que el museo participó fue Google Art Project, que hizo accesibles las colecciones de museos de todo el mundo a través de la red. Después vinieron Europeana: Partage Plus y Europeana Photography.
Este año hemos iniciado la participación en el proyecto The Watercolour World.
El proyecto The Watercolour World
¿Cómo era el mundo en los siglos XVII o XIX? ¿De qué manera se conocían los paisajes, monumentos o hechos históricos? Siglos antes de que se inventara la fotografía, artistas, viajeros o naturalistas documentaban el mundo con la ayuda de una libreta y una caja de acuarelas que cargaban en la mochila. A lo largo del tiempo y con la popularización de una técnica que ofrecía inmediatez y facilidad de transporte, pintores y aficionados produjeron miles de estas primeras instantáneas capaces de captar su mirada sobre la realidad al mismo tiempo que se iban creando extraordinarios registros visuales de su tiempo.
¿Sería posible reproducir este mundo pre-fotográfico si se juntaran todas las acuarelas conservadas en museos, archivos, bibliotecas o colecciones particulares de todos los rincones?
Es bajo esta premisa que nace, en 2019, el proyecto The Watercolour World, una base de datos de acuarelas con el objetivo de crear la colección pre-fotográfica en línea más grande del mundo. Se trata de un catálogo de imágenes digitales, fechadas entre 1750-1900, y geolocalizadas en un mapamundi interactivo. El impulsor del proyecto, Fred Hohler, es un antiguo diplomático británico interesado en la preservación del patrimonio y que, anteriormente, ya había creado la Public Catalogue Foundation, una base de datos en línea con más de 200.000 pinturas de titularidad pública británica actualmente Art UK.
The Watercolour World es una iniciativa privada con financiación a cargo de la Marandi Foundation, una organización sin ánimo de lucro dirigida por los empresarios y filántropos Javad y Narmina Marandi con el patronazgo de la familia real británica. Además, cuentan con el partenariado de la empresa japonesa Fujitsu, que se encarga de gestionar los escaneos para las colecciones que no dispongan de digitalizaciones propias.
Explorar las colecciones con una mirada crítica
Pero The Watercolour World no es solo un banco de imágenes online. Su estrategia de difusión combina diferentes objetivos: el principal es entender la preservación y difusión de estas obras con el fin de tratar temas de actualidad como el cambio climático o la destrucción del patrimonio. En este sentido, además de la posibilidad de explorar las obras a través de un mapa interactivo, navegando entre las colecciones o a través de los motores de búsqueda avanzada, se pueden visitar álbumes temáticos o artículos monográficos sobre distintas materias. En muchas ocasiones se trata de auténticas crónicas gráficas que relatan acontecimientos históricos o ponen en contexto los usos y costumbres de la época. Es posible navegar por las diversas erupciones del Vesubio en Nápoles, revivir los disturbios de Bristol de 1831 o descubrir el origen de las ferias al aire libre, de los picnics o la evolución de deportes como el críquet. Otro aspecto interesante de su estrategia de difusión es potenciar el engagement con el usuario invitándolo a ayudar a identificar aquellas acuarelas que están sin localizar.
Desde su inicio, se han adherido a este ambicioso proyecto prestigiosos museos y colecciones de todas partes del mundo: desde el Art Institute of Chicago, el Metropolitan Museum of Art, la National Gallery de Washington o la Biblioteca del Congreso, el Rijksmuseum, el Museo del Louvre, la Royal Collection Trust, la Biblioteca Nacional de Francia, el Museo del Hermitage de San Petesburgo o el Museo di Capodimonte de Nápoles, hasta las Bibliotecas Nacionales de Brasil y de Perú, entre otras colecciones particulares.
Más de doscientas obras del Museu Nacional disponibles
Desde el pasado mes de mayo, el Museu Nacional se ha convertido en el primer museo español en participar en The Watercolour World con 281 acuarelas seleccionadas entre los fondos digitalizados del museo. A partir de ahora, los libros de viajes de Alphonse Delamre, los paisajes marroquíes de Marià Fortuny, los personajes de Isidre Nonell, los retratos de Ismael Smith, las reproducciones de pinturas románicas de Joan Vallhonrat o los diseños de interiores modernistas de Gaspar Homar están disponibles para todo el mundo.
El proceso de participación se ha gestado a través de las colecciones en línea del Museu Nacional y es desde la sede de The Watercolour World que se ocupan de descargar los datos y las imágenes desde la web del museo. Gracias a los datos identificativos que genera cada obra se puede vincular en el mapamundi interactivo a través de la georreferenciación. Su web genera una nueva ficha de cada obra con los datos volcados de las colecciones del propio museo y con un enlace directo a la ficha original de cada pieza, de modo que también se potencia el tráfico entre las dos webs. Además, las imágenes no pueden descargarse desde TWW y así no surgen problemas de licencias, aunque ofrecen una visualización gráfica con notables aumentos.
Los proyectos colaborativos, un mejor acceso al conocimiento
¿Qué hace falta para poder participar, y, eventualmente, crear proyectos colaborativos digitales como The Watercolour World que propongan una amplia difusión de las colecciones, es decir, del conocimiento generado desde instituciones de todo el mundo? Para empezar, es imprescindible trabajar la consistencia y enriquecimiento de datos generando una documentación sistematizada de las colecciones que siga rigurosamente los estándares internaciones elaborados por las instituciones de referencia como los vocabularios terminológicos del Getty Institute, el listado de autoridades Viaf o la base de datos Geonames, entre otros. De esta manera, se podrán crear motores de búsqueda más potente y efectivos, ya que si todos hablan el mismo idioma, el alcance de los resultados es objetivamente mejor. Una vez se tienen los datos preparados ya se puede interrelacionar con todos los proyectos que se quiera y que sigan las mismas directrices.
En un mundo interconectado, la participación en este tipo de proyectos en todas sus vertientes es el camino que están siguiendo las principales instituciones internacionales. La estrategia, pues, está clara: potenciar la interoperabilidad de datos con el fin de llegar a un mayor número y, sobre todo, a una mayor tipología de audiencias. De esta manera es posible no solo participar en múltiples proyectos colaborativos, sino también en todo tipo de aplicaciones virtuales, como bases de datos online, mapas interactivos o líneas del tiempo dinámicas. Pero no se trata solo de una acción comunicativa o de difusión de las colecciones, sino que gracias a estos sistemas se mejora y favorece el estudio y documentación de las obras, ya que permite el acceso cruzado con otras piezas y estudios generados en cualquier lugar del mundo. El proyecto pionero en este sentido es el portal Europeana, una plataforma de patrimonio cultural digital europeo, financiada por la Comisión Europea y que actualmente cuenta con unos 58.500.000 objetos de arte, libros, vídeos y registros sonoros pertenecientes a instituciones de la Unión y que, además, consta de diferentes subplataformas temáticas.
Tal y como argumentaba Fred Hohler, fundador de The Watercolour World, en una entrevista, en un mundo globalizado como el nuestro, con problemáticas como el cambio climático (con el empeoramiento de los fenómenos naturales, desgraciadamente cada vez más frecuentes, como grandes inundaciones, incendios, etc.) o los conflictos bélicos o terroristas, la preservación digital del patrimonio artístico garantiza una conservación y transmisión del conocimiento, impensable hasta no hace mucho.
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