¡El museo se mueve!

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Núria Perales i Patrícia Prats

El Museu Nacional está en constante movimiento y hemos empezado el año con una acción en la calle que nos permite afirmarlo literalmente.

Un total de 14 obras de la colección han viajado en tranvía durante dos meses y han sorprendido a los viajeros. Estamos acostumbrados a que este tipo de publicidad la hagan las grandes marcas comerciales y no las instituciones culturales públicas, y aún menos, los museos.

Durante dos meses, hemos tenido el privilegio de poder entrar en contacto con todo tipo de ciudadanos a través de los 6km del recorrido del Trambaix, desde Barcelona y el Hospitalet de Llobregat hasta Esplugues de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern y Sant Feliu de Llobregat.

Tramvia con la campaña del Museu Nacional
El convoy decorado con obras del Museu en su paso por la Avenida Diagonal de Barcelona. Foto: TRAM

Gracias al acuerdo de colaboración entre el TRAM y el grupo ArticketBCN, del cual el museo forma parte, hemos podido disponer gratuitamente durante los meses de febrero y marzo de un soporte publicitario de gran formato. Esto nos ha permitido tener una gran visibilidad entre miles de ciudadanos y una presencia poco habitual en el territorio.

Por una cuestión presupuestaria, a menudo nos vemos obligados a restringir nuestras campañas en la ciudad de Barcelona. Así pues, ha sido una muy buena noticia haber podido extender esta campaña corporativa a las principales ciudades del Baix Llobregat a través de un medio de transporte masivo como el Trambaix, que el 2018 hizo más de 19 millones de viajes.

El arte que emociona y conecta personas

Con estas cifras de audiencia potencial delante, teníamos claro que teníamos que aprovechar al máximo la oportunidad que nos ofrece esta acción publicitaria para explicar que el Museu Nacional es un sitio donde se pueden vivir múltiples experiencias a través del arte: un espacio para vivir emociones y compartirlas.

Hacía falta focalizarnos en el hecho que tenemos una gran colección de obras de casi todos los períodos –desde la época medieval hasta el S.XX- y de disciplinas tan diferentes como la pintura, la escultura, el cartelismo, la fotografía o, más recientemente, el cómic. Una colección permanente que, curiosamente, de “permanente” no tiene nada.

Así planteamos el briefing en la agencia TSC: queríamos salir del encasillado del Museu Nacional como el museo del Románico y del Modernismo. Estas son, sin lugar a dudas, nuestras colecciones más importantes a nivel internacional pero el museo es mucho más que esto y así lo demuestra cada año la programación de exposiciones.

Inspírate / Piensa / Descubre / Emociónate / Observa / Comparte

Queríamos una campaña corporativa que fuera atrevida y apelara las emociones.

Disseny de la campanya del museu al TRAM

Con este objetivo de comunicación, elegimos detalles de obras del Museu Nacional reproducidas en grande formato, para conseguir un fuerte impacto visual. Pinturas, fotografías, carteles… Desde el siglo XI hasta los años 50 del siglo XX. Las 14 obras elegidas, impresas sobre un vinilo de más de 2m de altura, apelaban directamente a los viajeros.

Y tenemos muy claro que los museos ya hace tiempo que han dejado de ser un sitio contemplativo para convertirse en un espacio donde todos los públicos pueden encontrar su sitio. Donde nos podemos inspirar mirando un paisaje o podemos pensar sobre la sociedad actual tan diferente de la de hace 1.000 años cuando se pintaron las paredes de las iglesias de los Pirineos.

Las obras reproducidas a casi dos metros de altura interpelan a los viajeros:

La propuesta gráfica resultante ponía énfasis en la variedad de la colección y también en las novedades: la nueva presentación de la colección de Renacimiento y Barroco o la incorporación del cómic en el discurso expositivo.

Aprovechamos para anunciar las próximas exposiciones monográficas dedicadas a Antoni Fabrés y al fotógrafo Oriol Maspons, la que será la retrospectiva más importante que se ha hecho nunca y que inauguramos en julio. El arte producido durante la Guerra Civil o el arte de la Posguerra y la Segunda Vanguardia compartían vagón con las obras medievales y modernistas.

Sala de Arte Moderno dónde se exponen los carteles de la Guerra Civil. Foto: Marta Mérida

Los personajes que nos miran desde las paredes del tranvía nos recuerdan que cada obra, cada artista, cada movimiento, nos trae a reflexionar sobre nosotros mismos y nuestros tiempos.

En definitiva, hemos querido comunicar que somos muchos museos en uno, tantos museos como visitantes físicos o virtuales tengamos.

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