No todos los ángeles son iguales: el arte así lo plasma /1

22 de diciembre de 2016

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Montse Gumà

Francesco Botticini, La ascensión de la Virgen, probablemente hacia 1475-1476, National Gallery [dominio público]

Estas fiestas os proponemos un recorrido por nuestras colecciones, enriquecido con algunos ejemplos de otros museos, en el que podréis descubrir la representación de los ángeles en el arte.

Como nos dice Louis Réau en la Iconografía del arte cristiano, “Dios no vive solo en el Paraíso”. Le acompañan sus guardias de corps, las milicias, los ministros que hacen de intermediarios entre Dios y los hombres, y les transmiten sus instrucciones. ¿Pero quiénes son estos personajes?: los ángeles. No todos los ángeles son iguales, tal y como veremos a continuación.

Se organizan en tres órdenes, divididos en tres coros cada una, y la Virgen es su reina. Cada coro tiene sus funciones y una representación plástica propia que enumeramos, siguiendo un orden de mayor a menor importancia.

Primera jerarquía: consejeros divinos

Serafines: son los encargados del trono de Dios, a quien alaban. Presentan tres pares de alas con ojos, con las que se protegen de la luz de Dios. Una combinación de serafín y arcángel aparece en Santa Maria de Taüll, en uno de los intradoses laterales de los arcos que preceden el ábside. En este caso, el serafín, con los tres pares de alas, está flanqueado por dos representaciones aladas y antropozoomórficas de los evangelistas Marcos y Juan, y en el extremo, el arcángel Gabriel, identificado por una inscripción. Aunque no se ha conservado, en el otro lado tendría que haber representados los otros dos evangelistas acompañados por un querubín, como en Sant Climent de Taüll o en Santa Eulàlia de Estaon.

Arco del Tetramorfo con serafín y arcángel de Santa Maria de Taüll, hacia 1123

El ábside de Santa Eulàlia de Estaon está presidido por la Maiestas Domini o Cristo en Majestad, en una mandorla almendrada, con los símbolos de los evangelistas a su alrededor, entre los que destaca el de Juan, con cuerpo humano y cabeza de águila. El toro de Lucas y el león de Marcos aparecen en la parte inferior de la mandorla en posición centrífuga. A los lados, un querubín y un serafín, identificados por inscripciones, y en los extremos los arcángeles Miguel y Gabriel, con rótulos que los identifican como abogados. En el semicilindro, está el Bautismo de Cristo por Juan Bautista, en el Jordán, con un ángel que le sostiene las vestiduras, como se aprecia en la imagen siguiente.

Ábside de Estaon, mediados del siglo XII

Querubines: son los encargados de las estrellas y los guardianes de la luz. Tienen tres pares de alas y, según algunas tradiciones, cuatro rostros: buey, león, hombre y águila, los animales que pasarán a ser símbolos de los cuatro evangelistas. En la imagen inferior, del ábside de Esterri de Cardós, a ambos lados del Tetramorfo, aparecen representados un querubín y un serafín con un incensario y las alas cubiertas de ojos, que quiere decir que Dios todo lo ve y todo lo sabe. En los extremos, y en una disposición que ya hemos comentado en los ejemplos anteriores y que veremos habitualmente en otras decoraciones murales, los arcángeles intercesores: Gabriel, a la derecha, y Miguel, medio borrado, a la izquierda

Ábside de Esterri de Cardós, segunda mitad del siglo XII

Tronos: son los encargados de llevar un registro de las acciones de los hombres y los constructores del orden universal. Llevan también el trono de Dios por el Paraíso. Se les representa como seres de alas circulares con los colores del arco iris, como se ve en el detalle de las pinturas de Santa Maria d’Àneu.

Detalle de las Pinturas de Santa Maria d’Àneu, finales del siglo XI – inicios del siglo XII

Segunda jerarquía: gobernadores del cielo

Dominaciones: son los encargados de regular las obligaciones de los ángeles inferiores y los responsables de que el universo se mantenga en orden. Reciben órdenes de serafines y querubines e, incluso, de Dios. No se manifiestan directamente a los hombres. Llevan cetro y corona.
Virtudes: son los encargados de supervisar a las personas. Se representan en forma de rayos de luz que inspiran a los hombres y llevan un libro en la mano.
Potestades o Pujanzas: son los encargados de salvaguardar la conciencia y la historia, las ideologías y las cuestiones intelectuales. Supervisan la distribución de poderes entre los humanos.

Atribuido a Lluc Borrassà, Retablo de san Miguel Arcángel, [representación de los nueve coros angélicos], hacia 1430-1450, Koninklijk Museum voor Schone Kunsten de Amberes [dominio público]

Tercera jerarquía: mensajeros divinos

Principados: son los guardianes de las naciones y supervisan sus cuestiones políticas, militares y comerciales. Visten como guerreros o diáconos y llevan lirios en la mano.
Arcángeles: son los príncipes y los líderes de los ángeles. Influyen en los grandes acontecimientos humanos. Son los únicos de quienes conocemos su nombre. En la decoración del ábside de Santa Maria d’Àneu, en el registro inferior, aparecen dos serafines con tres pares de alas, que cantan el “S(AN)C(TU)S S(AN)C(TU)S S(AN)C(TU)S” en alabanza a Dios. Subrayamos también el protagonismo que toman los tres arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, abogados el día del Juicio Final. Como vemos en la imagen siguiente, Miguel aparece a la izquierda de la cuenca absidial y Gabriel, a la derecha. Rafael, en cambio, está representado al lado de los serafines, en el registro del medio. El par de ruedas ardiendo, relacionado con la visión profética de Ezequiel, se puede asociar a los tronos, tal y como hemos visto antes.

Pinturas de Santa Maria d’Àneu, finales del siglo XI – inicios del siglo XII

Ángeles: son el orden inferior de la jerarquía angelical, pero los más conocidos por los hombres, porque son los mensajeros de Dios en la Tierra. Son los soldados de la armada y sostienen incensarios y antorchas. El Cristo en Majestad en la mandorla del ábside de Sant Climent de Taüll aparece rodeado de ángeles que presentan o sostienen los símbolos de los evangelistas, para señalar su carácter celestial, un papel que se les otorga en muchos otros ejemplos. Completan la escena dos imágenes simétricas que simbolizan un serafín y un querubín, con las habituales alas cubiertas de ojos.

Detalle del Ábside de Sant Climent de Taüll, hacia 1123

Según el evangelio de Lucas, también es un ángel quien anuncia a los pastores el nacimiento de un niño, el futuro Salvador. También es un ángel-estrella quien guía a los Magos hasta la cueva para presentarles al recién nacido, esta vez según el evangelio de Mateo. Y un ángel les avisa, mientras duermen, que tienen que volver a su casa por otra ruta si quieren salvar la vida.

Isidre Nonell, La Anunciata, 1896

Francesc Pla (el Vigatà), Nacimiento de Jesús y adoración de los pastores, hacia 1780

Poco a poco, los ángeles se multiplican y acaban convirtiéndose en un grupo de ángeles músicos que cantan el Gloria in excelsis Deo al niño. O, como en la tabla de la Virgen de los “Consellers”, el Cantar de los cantares, “Toda pulcra es, amica mea, et macula non est in te”, en clara alusión a la Inmaculada Concepción de María.