Aproximación a los elementos mobiliarios de los interiores domésticos góticos

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Balma Badal

El grupo de Amics del Museu Nacional siguen la visita de Mònica Piera Miquel
El grupo de Amics del Museu Nacional siguen la visita de Mònica Piera Miquel

Ser Amic del Museu Nacional es un privilegio porque te ofrece, entre muchas otras cosas, la posibilidad de acercarte a la colección del museo desde puntos de vista muy diversos que permiten, a su vez, orientar la mirada hacia distintas temáticas.

El hilo conductor de una de nuestras últimas visitas a las salas del museo nos ha permitido poner el foco de atención en el mobiliario y los interiores domésticos del arte gótico. Acompañados por Mónica Piera Miquel, presidenta de la Asociación para el Estudio del Mueble, hemos observado de cerca los bienes muebles, los tejidos y los objetos de uso habitual que nos dan información sobre la vida cotidiana de un segmento social determinado.

Las obras observadas a lo largo del recorrido han puesto de manifiesto que el arte gótico representaba con detalle y delicadeza como era de importante y valioso el mobiliario en el día a día de su sociedad.

Arquetas o cajas amatorias

Empezamos la visita fijándonos en los primeros objetos que encontramos: las arquetas o cajas amatorias, como la Arquilla amatoria con dama y unicornio, del siglo XV. Estas arquetas son recipientes normalmente rectangulares y de pequeñas dimensiones que, como su nombre indica, los prometidos ofrecían como regalo de amor a sus futuras esposas para que guardasen objetos personales. En algunos casos, estos recipientes fueron usados posteriormente como relicarios, lo que nos ha permitido conservarlos. En consonancia con su finalidad —como regalo de noviazgo o de galanteo—, las cajitas amatorias estaban decoradas exteriormente con escenas de carácter profano, a menudo vinculadas de alguna manera al amor, a la pareja y a las escenas caballerescas.

Anónimo, Arquilla amatoria con dama y unicornio, siglo XV

El mismo concepto de arqueta como recipiente que guarda un objeto de valor se relaciona con la virginidad de la mujer. Según el código del amor cortés, la dama es quien decidirá si accede o no al galanteo.

Anónimo, Arquilla amatoria con dama y unicornio, siglo XV. Hueso y madera con adornos metálicos y tafilete

La caja

Seguimos avanzando por las salas del museo y un elemento nos llama la atención: es similar a la arqueta pero más grande: la caja. Este objeto —precedente de lo que hoy llamaríamos maleta o armario— se utilizó desde las primeras sociedades nómadas hasta casi el siglo XVIII. De hecho, Mónica Piera nos comenta que le sorprende este uso tan constante y prolongado en el tiempo, ya que en los siglos XVI y XVII había mucha variedad de objetos muebles para usos muy diversos y específicos. Sin embargo, la ropa y las propiedades personales se siguieron guardando en una caja.

Un posible motivo es, seguramente, que facilitaba mucho el transporte. El contenido que se guardaba se asentaba firmemente en la parte inferior, no se movía y quedaba protegido por una tapa. Sin embargo, también hay una razón simbólica y emocional que justifica su uso prolongado: muchas cajas se heredaban y formaban parte de la dote. Muchas tenían, además, una simbología tan potente que dejaba en un segundo lugar la funcionalidad del objeto. Era mucho más importante que la caja identificase a la persona a quien pertenecía.

Anónimo, Urna relicario de san Cándido, siglo XIII
Anónimo, Urna relicario de san Cándido, siglo XIII

Una variante muy conocida son las cajas de las novias, como el Arca de novia con la Anunciación (segundo cuarto del siglo XVI) que hay en el Museu Nacional. Esta modalidad ha tenido más relevancia internacional y ha sido reconocida desde el siglo XV en todo el mundo.

En estas cajas, que pueden variar de modelo en función del nivel social del propietario y, por tanto, tener más o menos cajones o estar decoradas de una manera más o menos rica, a menudo se representa a la Virgen como alegoría del modelo de mujer.

Anónimo, Arca de novia con la Anunciación, segundo cuarto del siglo XVI
Anónimo, Arca de novia con la Anunciación, segundo cuarto del siglo XVI

Simbología y usos multifuncionales

Más allá de las arquetas y las cajas, a lo largo del recorrido los amics tenemos ocasión de fijarnos en otros aspectos relacionados con los interiores domésticos góticos.

Nos llama la atención la importancia que se da, durante la Edad Media, a que un mueble pueda tener diferentes usos: observamos cajas que se utilizan como asiento o como base para la cama, escritorios que se utilizan para almacenar libros y para escribir, etc.

Nos sorprende, también, la simbología de los objetos y su participación en la estructuración jerárquica de la sociedad, como ocurre, por ejemplo, con los muebles que se usan para sentarse. Vemos que el asiento individual de la época medieval y hasta el siglo XVIII es el elemento que mejor marca el estatus social. Quien se sienta de manera diferente a los demás es único y es quien tiene el poder. Por este motivo tampoco se pide al asiento que sea confortable; simbólicamente, nadie se siente confortable en una posición de responsabilidad.

Con estas reflexiones cerramos una nueva aproximación a la colección del Museu Nacional, que nos ha permitido fijarnos en detalles que a muchos nos habían pasado por alto en visitas anteriores. ¡Todo un descubrimiento!


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