Esther Fuertes y Sandra Figueras
¡Estrenamos programa educativo!
El lema y la imagen que encabezan este texto definen muy bien el espíritu central del nuevo programa destinado a los centros educativos. Por un lado, un rasgo identitario de nuestra colección: la posibilidad de zambullirnos en el pasado y revisar lo que hemos sido como individuos y como sociedad a lo largo de mil años de historia. Por otro, la inevitable contemporaneidad de nuestra mirada: contemplamos el pasado desde quienes somos hoy. Los problemas de nuestro tiempo nos incumben a todos: nuestra propuesta es que el arte puede ser un buen medio para explorarlos y el museo, un espacio acogedor para abrir el diálogo y generar conversaciones.
Sesión de Visual Thinking Strategies (VTS) con alumnos y familias del Institut Escola Arts en las salas de la colección de arte moderno
Y es que uno de los efectos más importantes de la pandemia ha sido evidenciar de pronto lo que es realmente importante y urgente. En el caso de los museos, nos ha hecho replantear cuál es nuestra razón de ser y cómo podemos ser más útiles al conjunto de la sociedad y, especialmente, a la comunidad educativa. De este deseo surgió la consulta que hicimos al inicio del curso pasado y que nos dio pistas sobre las necesidades de los centros educativos. En este nuevo programa hemos intentado dar respuesta a algunas de las inquietudes expresadas y también establecer nuevos vínculos entre el mundo de la escuela y el museo.
Nos han inspirado
Todas las educadoras, tanto en la escuela como en los museos, han puesto al servicio de la educación la capacidad de aprendizaje continuo, enfrentando el día a día con coraje, responsabilidad y creatividad a pesar de las dificultades. Ha sido un curso intensivo de resiliencia en el que estamos creciendo como personas y como profesionales.
El equipo docente de la Escola M Jacint Verdaguer durante una sesión de dibujo en las salas de la colección de arte románico y sesión con el profesorado del curso de verano “Arte y Compromiso”
La pensadora y ensayista Marina Garcés define la educación emancipadora como «aquella que tiene como horizonte hacer posible que cada uno pueda ser capaz de pensar por sí mismo, con los demás, los problemas de su tiempo» (Escuela de Aprendices, 2020).
Su reflexión nos ha hecho preguntarnos qué podemos hacer para que el museo sea un agente educativo «emancipador» y cómo se puede implementar en el nuevo programa educativo, y han surgido algunas ideas:
- Facilitar espacios para pensar y dialogar juntamente con los visitantes, tanto en las actividades que proponemos como en los contenidos que elaboramos.
- Priorizar el uso de los objetos patrimoniales para ilustrar, problematizar y cuestionar temas de interés social a escala local y global, por delante de los relatos académicos.
- Proporcionar herramientas para aprender a mirar y hacer preguntas a través del arte.
- Practicar con metodologías inclusivas capaces de incorporar la diversidad de todo tipo como enriquecimiento.
- Cultivar una relación con la comunidad educativa marcada por la colaboración, la cocreación y el conocimiento compartido.
- Experimentar con el profesorado las posibilidades del museo como espacio de aprendizaje expandido más allá de las aulas.
Rescatamos también dos ideas de Marina Subirats, socióloga, política y filósofa, expuestas en la mesa redonda Repensar la educación en los museos, organizada por el Museu Marítim de Barcelona. Por un lado, expone la necesidad de tejer vínculos y emociones duraderas no solo entre objetos patrimoniales y los visitantes, sino entre todos los agentes que participamos en la labor educativa, la escuela y el museo. Por otro lado, y después de constatar la falta de patrimonio ético que la pandemia ha puesto de manifiesto, plantea la oportunidad que supone para los museos y los lugares de patrimonio el hecho de participar en la reconstrucción de una ética de nuestro tiempo, basada en la igualdad y no en las jerarquías del género, el color de la piel o la clase social, entre otros. Entrenar la mirada crítica para romper los relatos hegemónicos que han construido tradicionalmente el discurso del museo y crear otros nuevos.
La educación para el desarrollo entra en el museo
Las reflexiones que acabamos de plantear nos sugieren que, para afrontar los problemas y retos de la sociedad del presente y también los de un futuro incierto, necesitamos herramientas como la reflexión, el análisis crítico y la capacidad creativa, que nos permitirán construir e imaginar otras realidades.
Alumnos del Institut Vall d’Hebron presentando sus proyectos de reparación en el contexto del programa Creadores En Residencia, y alumna del Institut Escola Arts visitando el proyecto “Vuelo interior”
Es en este sentido que el arte del presente y el de las sociedades que nos han precedido es más útil que nunca, porque nos puede dar testimonio de los conflictos y desventajas del pasado y a la vez darnos pistas de cómo avanzar en este territorio de incertidumbres.
Por eso, desde hace unos años hemos apostado por unas líneas de trabajo que incluyan la educación para el desarrollo y el enfoque competencial, y hemos buscado la complicidad de organizaciones y especialistas que ya trabajan en este ámbito. En la reciente publicación Competencias para transformar el mundo (Clara Massip [coord.], Cécile Barbeito, Alex Egea, Mariano Flores, 2018) se define así:
«La educación para el desarrollo de hoy […] puede ser el catalizador de la formación de una ciudadanía crítica y solidaria, capaz de mirar el horizonte de un futuro incierto, que nos hace reconocer nuestras interdependencias y vulnerabilidades, pero que al mismo tiempo ayuda y ofrece herramientas para analizar, valorar y construir alternativas viables basadas en relaciones humanas justas y respetuosas con la dignidad de las personas.» (Pág. 18)
Los diversos ejes y metodologías de este tipo de educación (género, cultura de paz, derechos humanos, economía y solidaridad, medio ambiente, interculturalidad) han entrado de lleno en algunas de las nuevas actividades del programa educativo y también han formado parte de los criterios para renovar otras:
- Arte y compromiso durante la Guerra Civil, una perspectiva desde la cultura de paz. Propone reflexionar y dialogar sobre el conflicto y la idea de la paz a partir de la respuesta de los artistas y las obras que generaron durante el periodo de la Guerra Civil española.
- Pintores con oficio. Del taller medieval al presente. Descubrir las técnicas y el papel de los pintores y los talleres en época medieval comparando la producción artesanal de la época con la producción industrial de objetos de hoy en día, para reflexionar sobre temas como el consumo o la sostenibilidad.
- Arte en la despensa. Descubrir los alimentos que se consumían hace más de trescientos años para reflexionar sobre cómo comemos hoy y hablar de temas como la proximidad, los lugares donde compramos y cómo cuidamos el planeta con nuestra alimentación.
- Miradas insumisas. Pensar la diversidad sexual y el deseo a través del arte. Las obras de arte sirven para desmontar y replantear los arquetipos de género desde una perspectiva feminista y LGTBQ+.
- ¡Mujeres teníais que ser! Desmontemos los estereotipos de género a través de la colección. Una lectura en clave feminista de la colección que explora los mecanismos artísticos y políticos que han articulado a menudo el olvido de la presencia de las mujeres.
Otras novedades del programa, recuperando la presencialidad
Una de las novedades importantes es la reanudación de las actividades de taller con todas las garantías sanitarias, después de un curso muy complicado en el que hemos tenido que reconvertir todo el programa en función de las restricciones de la pandemia. Vale la pena añadir que la apuesta firme de la dirección del museo para mantener la actividad educativa durante el confinamiento ha comportado que el equipo de educadoras del Museu Nacional haya sido uno de los pocos de Cataluña que se ha mantenido en activo en los días más duros de la pandemia.
Alumnos de casal durante el taller “Te has retratado” y “El baile del bestiario” en los espacios de taller del museo
Otro aspecto derivado del confinamiento y de la situación de pandemia con la que aún convivimos ha sido la necesidad de presencialidad, de encontrarnos y de relacionarnos más allá de las pantallas: la urgencia de «hacer» en entornos reales, de tocar las cosas, de volver a los espacios que nos nutren de alguna manera. El museo tiene un papel relevante en este sentido, es un lugar lleno de referentes, de espacios de tranquilidad y de posibilidades para el diálogo y la contemplación.
Alumne de l’Institut escola Arts i alumnes de l’Institut Maria Espinalt a les sales i a les reserves del museu
Este tiempo de trabajo y reflexión ha hecho posible la renovación del programa educativo, del que queremos destacar:
- El programa de selectividad incorpora nuevas dinámicas en los itinerarios presenciales, un itinerario virtual y la actividad en línea Hacemos un zoom a las obras de selectividad, una conversación en profundidad sobre una obra para entrenar la mirada de los estudiantes.
- La actividad Los espacios de reserva. El museo nunca visto propone acceder a espacios poco conocidos del museo y descubrir las relaciones entre el arte y la ciencia de la conservación.
- La exposición temporal Gaudí y la idea de ciudad será una ocasión única para revisar la arquitectura de Antoni Gaudí y su impacto en la ciudad de Barcelona y en nuestro imaginario, e irá acompañada de un programa para diferentes niveles educativos.
- El nuevo programa El museo dibujado invita a detenerse a mirar. Entendemos el dibujo como una herramienta privilegiada para la observación y disfrute del arte, como un lenguaje al que todas las personas podemos acceder, aunque a veces parezca olvidado o esté dormido. Proponemos ensanchar y profundizar la mirada propia del museo y sus obras a través de la herramienta del dibujo.
Alumnos del Institut Escola Arts y la escuela M Jacint Verdaguer durante las pruebas piloto del programa “El museo dibujado”
El programa educativo tiene la voluntad de ir creciendo ofreciendo espacios de formación para el profesorado que puedan reconectarse con esta disciplina entendida como herramienta de investigación, observación y creatividad.
Ampliamos los vínculos: más proyectos museo-escuela
Durante el curso 2021-2022 damos continuidad a programas como Creadores EN RESiDENCIA, que este año invita el colectivo Sitesize a trabajar con el alumnado del Institut Poeta Maragall de Barcelona, o el programa El arte de hablar, al que se incorporan diez centros de formación de adultos. También ponemos en marcha nuevos proyectos de largo recorrido con centros educativos de proximidad, como Conectadas, con cuatro escuelas vecinas del museo, o Gresol cultural, que pone en contacto y acompaña procesos compartidos entre escuelas y entidades del Poble-sec.
Alumnos de la escuela M Jacint Verdaguer realizando una práctica de dibujo en la escuela antes de la visita al museo
Gracias por vuestra complicidad. Esperamos que lo que hemos preparado os interese y os sea útil. ¡Muy buen inicio de curso!
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Sandra Figueras
y
Departament d'Activitats i Eduacació