Jesús Galdón
1.001 postales de ninguna parte. Instalación artística de Jesús Galdón, 2021. Postales de Antoni Campañà y Joan Andreu Puig Farran (CYP) de los años 1960-1970 intervenidas con imágenes de milicianos de Antoni Campañà de 1936-1938
Campañà es una mirada siempre en acción. Así como en esta cita menciona la responsabilidad de mostrar la belleza de todo lo resuelto por la mano divina, podríamos establecer cierta analogía con la mirada divina en el sentido de aquella mirada que todo lo ve, que todo lo fotografía. Nada es mejor ni peor para ser captado por el ojo del objetivo, siempre atento, teniendo en cuenta la búsqueda de la belleza como un deber, como una responsabilidad inalienable.
«Me considero obligado a producir fotografías con puntos de vista originales y considero un deber mostrar al mundo la naturaleza toda bien resuelta por la mano divina.»
Antoni Campañà, 1965 circa.
El rostro ingenuo y limpio de un niño, el vientre hinchado de un caballo muerto, la sonrisa ilusionante de una joven anarquista, el rostro quebradizo de una monja momificada, las botas fascistas pisando los adoquines de una ciudad caída, la mirada transparente de un miliciano proyectada hacia el infinito, el rostro lejano de una turista, el chut reluciente de una estrella del fútbol, la genuflexión contorsionista de un tiquismiquis, la pequeñez ínfima de un dictador asomado al balcón de la historia… Todo lo que es posible fotografiar en el mundo es filtrado, en la mirada de Campañà, por la belleza. Una belleza a veces sincera y limpia, a veces irónica y sobrecogedora.
La guerra infinita. Antoni Campañà exposció al Museu Nacional fins el 18 de juliol de 2021
Campañà es uno de esos fotógrafos que llegan a ser verdaderos creadores de la imagen del mundo. Sus fotografías se convertirán en las imágenes de toda una generación. Una imago mundi que se construye en la memoria colectiva. Y quizás esta idea se refleja en la elección del formato postal. Con Joan Andreu Puig Farran fundan CYP, una empresa que crea y distribuye este objeto tan popular entre los años sesenta y setenta de siglo pasado. Con su trabajo en cientos y cientos de imágenes realizadas en Cataluña y en toda España, construyen la mirada de un país. Son imágenes de uso popular, imágenes que todo el mundo utiliza. La gente se identifica con ellas y las hace volar hasta las miradas de amigos y familiares buscando complicidades, con mensajes escritos en el reverso: «… nos lo estamos pasando de rechupete!».
Si Campañà es ese fotógrafo «de raza» (como menciona Plàcid Garcia Planas) que todo lo fotografía y todo lo hace volar, enseguida nos preguntamos: ¿por qué escondió las imágenes de la guerra?
Nunca lo sabremos, ya que murió sin decir absolutamente nada al respecto. Una de las respuestas tendría que ver con su deber de mostrar la belleza. Las órdenes fascistas, al acabar la guerra, pusieron en funcionamiento una terrible maquinaria de venganza y muerte que buscaba por todas partes, también en los archivos fotográficos de la época, documentación que sirviera para incriminar y asesinar a cualquier persona que hubiera participado como enemigo en el conflicto. Muy posiblemente este hecho le obligó a tomar una decisión impecable desde el punto de vista ético y moral: la belleza que buscaba no podía ser motivo de la muerte de nadie. Así, la mirada ilusionante de todos aquellos milicianos quedó escondida en dos cajas rojas para siempre… hasta hoy.
1.001 postales de ninguna parte. Instalación artística de Jesús Galdón, 2021. Postales de Antoni Campañà y Joan Andreu Puig Farran (CYP) de los años 1960-1970 intervenidas con imágenes de milicianos de Antoni Campañà de 1936-1938
Las imágenes de las postales corresponden a esta imagen del mundo que se expande, mientras que las imágenes de la guerra se refieren a otro mundo que voluntariamente se ha contraído y está a punto de desaparecer.
La instalación que presentamos en la exposición está formada por postales originales que han sido rechazadas, retiradas de la circulación, como podemos ver en el reverso de una selección que hemos agrupado en una franja a lo largo de la intervención. En esta franja, a la altura de la mirada, una selección de ochenta postales originales convive con las imágenes de milicianos y simpatizantes realizadas por Campañà al inicio del conflicto.
1.001 postales de ninguna parte. Instalación artística de Jesús Galdón, 2021. Postales de Antoni Campañà y Joan Andreu Puig Farran (CYP) de los años 1960-1970 intervenidas con imágenes de milicianos de Antoni Campañà de 1936-1938
Hemos querido que las imágenes de estos dos mundos creados por el mismo autor se reencuentren en la geografía del imaginario. Un imaginario abierto y libre que juega con el contraste y la ternura, con la ironía; también con la ingenuidad, tal vez, de pensar que un mundo nuevo fue posible, intentando ser fieles a la misma voluntad de Campañà de buscar la belleza.
Un total de 1.001 postales que nos cuentan mil y una historias de ninguna parte y, quizás, alguna historia o algún lugar que tú puedas reconocer.
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