La intervención que da luz a una obra alterada por las vicisitudes.
Anverso y reverso del Cristo y de la cruz antes de la restauración. Fotografía: Jordi Calveras.
En el artículo publicado el 10 de junio de este año se hacía referencia a las antiguas y múltiples restauraciones previas al ingreso en el Museo del Cristo y la cruz de Capdella. También se hablaba del estudio y la evaluación de los reaprovechamientos de materiales y elementos de diversas procedencias de este conjunto, con la intención de actualizarlo y adaptarlo a los nuevos gustos y usos litúrgicos.
En este texto haremos referencia al proceso de conservación-restauración de estas dos piezas que se encontraban bastante deterioradas, sobre todo si nos referimos al Cristo, extremadamente frágil, debido a su antigüedad y a las modificaciones y los procesos de envejecimiento de los materiales que estaban en entornos que no fueron siempre los más óptimos.
Asumir la restauración de Cristo y la cruz de Capdella ha supuesto realizar un estudio del conjunto de la obra y plantear una propuesta de intervención que, forzosamente, ha debido tener en cuenta aspectos muy diversos. En un sentido se han respetado las antiguas restauraciones y modificaciones que forman parte de la historia de la obra, cambiando tan solo un encaje de los brazos de Cristo para poder recuperar el original. También se ha priorizado la conservación de la pieza realizando una intensa intervención de consolidación del soporte de Cristo para poder llevar a cabo todo el proceso global de restauración. Por último, se ha tenido en cuenta que este conjunto, por su singularidad, quedará expuesto en las salas de la colección permanente de románico del Museo y, desde esta perspectiva, se ha querido conseguir darle un aspecto final armónico, integrando todos los elementos del conjunto.
La cruz
En el artículo anterior ya explicamos toda la información que hace referencia al estudio de las diferentes policromías aplicadas a lo largo del tiempo para adaptar la pieza al nuevo Cristo y a las novedades estéticas requeridas del momento. A continuación exponemos un resumen gráfico con imágenes virtuales.
Policromías actuales del reverso
Primera policromía con la cruz sin despuntar / Segunda policromía
Policromías actuales del anverso
Primera policromía / Segunda policromía eliminada. Actualmente queda visible la primera. Imágenes: Anna Carreras.
La cruz es de madera conífera formada por un larguero y un travesaño encajados a media madera. Como se ha dicho anteriormente, la cruz no es la originaria del Cristo, cuestión ratificada por el informe de rayos X que confirma que no hay ninguna coincidencia de los listones de madera originales que fijaban el Cristo a su cruz original románica.
Entre otros indicios, la construcción de la cruz nos ha dejado dos marcas de herramienta muy evidentes: la primera se encuentra en el perímetro de la cruz y está formada por un conjunto de incisiones dispuestas en línea. Es posible que las incisiones se hayan realizado con un formón o con una gubia, cuyo trabajo marcaba el perímetro del rebajo. Este rebajo se realizaba con la azuela y se localiza en toda la superficie del soporte del anverso y del reverso de la cruz.
Actual reverso, incisiones en línea / Actual anverso. Fotografías: Anna Carreras.
Como ya hemos mencionado, el reverso actual conserva dos policromías y también dos capas de preparación. Previamente a la aplicación de la primera, más antigua, se adhirió un entelado de lino en las zonas donde podía existir una grieta en la madera del soporte y posiblemente en las zonas de junta que unen el larguero y el travesaño de la cruz. El anverso actual conserva fragmentos de la policromía verde con decoración vegetal amarilla y su capa de preparación, a la que hemos hecho referencia anteriormente.
Detalles del actual reverso en el que se observan las dos policromías y las dos capas de preparación. Fotografías: Anna Carreras.
En la siguiente imagen radiográfica se observa que los dos extremos del travesaño han sido despuntados en los dos ángulos superiores. Esta mutilación posiblemente se realizó para que la cruz encajara en algún lugar arquitectónico, supuestamente dentro de la iglesia de Sant Vicenç de Capdella, de donde proviene. En los recuadros perfilados en negro también se observan los tres injertos de madera nueva sin policromar que rehicieron los extremos del travesaño y la parte inferior del larguero. Esta intervención fue posterior al año 1937, cuando el conjunto proveniente de la colección Plandiura ya formaba parte del fondo del Museo.
Imagen radiográfica: Àngels Comella.
La siguiente fotografía, en la que se observan el Cristo y la cruz participando en la exposición de arte medieval catalán del año 1937 en el castillo de Maisons-Laffitte de París, nos lo confirma.
Exposición de arte medieval catalán del año 1937. Fotografía de una de las salas del castillo de Maisons-Laffitte, París. Fotografía del Archivo Nacional de Cataluña (Fondo de la Generalitat de Catalunya – Segunda República), ANC1-1-T-7597.
En esta imagen radiográfica se observa que, en algún momento, los brazos del travesaño y el larguero se intentaron cortar en la zona central del encaje de los dos listones, sin finalizar el corte. La imagen identifica con claridad por dónde van los cortes del travesaño y del larguero, y la intervención posterior, que, con llaves industriales, reforzó y unió la zona serrada.
Detalle de la cruz. En rojo, los clavos de forja; en color azul, los clavos industriales; en verde, los orificios de los listones no originales. Las flechas negras marcan las líneas por las que se ha intentado cortar. Imagen radiográfica: Àngels Comella / Fotografía con luz visible. Fotografía: Anna Carreras.
La restauración ha consistido básicamente en una desinsectación por anoxia, seguida de una limpieza superficial de la policromía previamente a la fijación de los levantamientos. La limpieza de los injertos añadidos, la obturación de los orificios de xilófago y, por último, la reintegración pictórica han finalizado la intervención.
Proceso de limpieza del injerto derecho de la tabla del crucero / Proceso de limpieza del injerto del larguero. Fotografías: Anna Carreras.
Actual anverso extremo superior del larguero / Actual reverso extremo derecho del crucero. Fotografías: Anna Carreras.
Fotografías del proceso de reintegración en el que se observa que la línea blanca marca la zona reintegrada / Proceso de obturación de los orificios de xilófago. Se utiliza cera teñida especial para restauración. Fotografías: Anna Carreras.
El Cristo
El Cristo es de madera de sauce muy afectado por el ataque de xilófagos. Conserva restos escasos de policromía y de capa de preparación de distintas épocas. En la oreja izquierda del Cristo se observa un pequeño fragmento de entelado, posiblemente original románico. Cabe recordar la existencia del injerto de madera nueva que se adhirió al reverso del cuello con la intención de cambiar la inclinación de la cabeza, una de las modificaciones estéticas ya mencionadas.
Detalle del entelado de la oreja y del injerto aplicado en el reverso del cuello. Fotografías: Anna Carreras.
En verde claro, el injerto nuevo; en azul claro, los listones de madera; y en azul oscuro, los clavos industriales. Imagen radiográfica: Àngels Comella.
Consolidación del soporte y obturación de orificios
El Cristo sufrió un ataque de insectos xilófagos poco después de su construcción románica. Este hecho estropeó sustancialmente la morfología de la madera y la transformó en un material poroso y frágil. Antes de la desinsectación por anoxia se consolidó el soporte aplicando un “gota a gota” con un producto consolidante que iba infiltrándose lentamente en toda la superficie del soporte. Esta intervención se realizó con los brazos desmontados, desde el reverso de la pieza y por impregnación, lo que permitió que el soporte tomara consistencia. Una vez finalizado este proceso de consolidación, que facilitó la manipulación de la pieza, se procedió a cubrir todos los orificios de xilófago y a reconstruir pequeñas carencias de soporte. Se utilizó un tipo de polvo de madera con pigmentos y aglutinante que se iba entonando en función de la zona que se tenía que reintegrar. El proceso fue muy minucioso y se realizó utilizando herramientas de precisión y también inyectando el producto para llegar a las galerías más hondas.
Reverso del pie izquierdo. Fotografías de detalle del estado de conservación del soporte. Fotografías: Anna Carreras.
Proceso de obturación de los orificios. La zona inferior del injerto ya está finalizada. Fotografías: Anna Carreras.
Fotografía de proceso y final. Fotografías: Anna Carreras.
Tratamiento del injerto de la zona del vientre del Cristo
Como ya se había comentado, un elemento singular del Cristo es el injerto de madera ubicado en la zona del vientre y perizonium, que cubre una falta de soporte. Era evidente que este se había abierto, y, como demuestran las fotografías antiguas, se había reubicado de forma errónea dejando los pliegues de la tela del paño de pureza desplazados. La restauración consistió en separar esta pieza e intentar emplazarla en su lugar de origen, siguiendo la línea de los pliegues. Por último, se cerró todo el perímetro con estuco y se reintegró cromáticamente.
Fotografías de antes y después de la intervención. Fotografías: Anna Carreras.
Detalles de la abertura del injerto con el encaje y del proceso de nivelación. Fotografías: Anna Carreras.
Reintegración cromática. Fotografías: Anna Carreras.
Tal y como se observa en la siguiente fotografía del reverso, el reliquiario —posiblemente no original— tenía la tapa sostenida precariamente con unos clavos industriales, detalle que nos informa de que el receptáculo se abrió en época moderna y, según la bibliografía consultada, cuando era director del Museu Nacional d’Art de Catalunya el historiador del arte Juan Ainaud de Lasarte. Esta singularidad provocó que hubiera que intervenir esta zona. En primer lugar, se ordenó todo el contenido de restos óseos en bolsitas de conservación selladas y se dejó testimonio de la fecha de esta intervención. Previamente, se había realizado el tratamiento de consolidación y obturación de orificios de la lipsanoteca.
Poco antes de finalizar la restauración global del Cristo se planteó la forma de reubicar la lipsanoteca en su receptáculo con tapa. La solución consistió en la utilización de una cinta de pasamanería, que es de un color similar al del soporte de madera, y de velcro para sujetarla. De esta forma, se impidió realizar más intervención sobre el soporte de la madera, que, como hemos dicho, está dañado.
Fotografías antes de la intervención. Fotografías: Anna Carreras.
Fotografías de la intervención y ordenación de los restos óseos. Fotografías: Anna Carreras.
Fotografías del proceso de cierre del receptáculo. Fotografías: Anna Carreras.
Intervención en los encajes de los brazos
Los encajes de los brazos al tronco del cuerpo estaban totalmente deteriorados, y habían perdido el volumen y la rigidez necesarios para sostener su peso. Una antigua intervención de restauración serró los brazos de sus encajes y adhirió un injerto con madera nueva que realizaba la función de aguantar la horizontalidad de los brazos en cruz del Cristo. Con la actual intervención, estos injertos nuevos se eliminaron y se recuperó el encaje original.
Fotografía previa a la restauración. Se observan los nuevos injertos que se eliminaron para recuperar los encajes correspondientes a la posición original de los brazos / Negativo en 3D del vacío del encaje original. Fotografía: Marta Mérida.
Reproducir el encaje original era factible, pero no estabilizaba la horizontalidad de los brazos en la cruz, ya que la propia degradación de la madera dejaba un espacio entre uno y otro que había que llenar. El conservador-restaurador de soportes, Pere de Llobet, ideó un sistema que, a base de realizar moldes y contramoldes de la zona que se debía intervenir, y con la posterior impresión 3D del vacío, fuera posible realizar pieza de madera de sauce que encajara perfectamente en los hombros del Cristo. Así se consiguieron dos objetivos: el primero, recuperar los encajes originales, y el segundo, que el nuevo sistema de presentación permitera, en caso necesario, desmontar los brazos sin dañarlos.
Fotografías del reverso y del anverso del hombro derecho. Fotografías: Anna Carreras.
Resultado final. Fotografías: Marc Vidal.
* El proceso de conservación-restauración ha permitido realizar un estudio profundizado de la historia y del sistema constructivo de estas piezas. Agradecemos a los compañeros conservadores-restauradores del área su disposición y consejos mientras se llevaba a cabo esta difícil restauración.
Conservació Preventiva i Restauració