¿Cómo hemos restaurado la talla románica de san Juan Evangelista?

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Mireia Mestre

Talla de san Juan Evangelista, y san Juan y la Virgen de Erill la Vall en la exposición actual en el Museu Nacional d’Art de Catalunya

Pocos adivinarían de qué institución procede la talla románica de san Juan Evangelista que se expone actualmente como obra invitada en el Museu Nacional d’Art de Catalunya. Un importante coleccionista de arte, el presbítero de Vilafranca Manuel Trens, sacerdote que también fue director del Museo Diocesano de Barcelona, donó la escultura en 1972 al museo de Vilafranca del Penedès. Se trata del actual Vinseum (Museu de les Cultures del Vi), que muchos asociamos con objetos del cultivo de la vid y la producción del vino, pero que también conserva interesantes colecciones de arte.

Un salto hacia atrás de más de 40 años

Tenemos raramente la suerte de conservar documentación escrita sobre los procesos de conservación y restauración que se llevaron a cabo en Cataluña antes de 1980 en las obras de arte de los museos. Aquel año, el Ayuntamiento de Barcelona organizó una exposición, Barcelona restaura, comisariada por Joan Ainaud de Lasarte, que mostraba, en el Salón del Tinell, obras de toda Cataluña restauradas por los servicios municipales de Barcelona en los talleres del Palau Nacional. Esta exposición y su catálogo, con breves explicaciones sobre las intervenciones practicadas en las obras, marcaron, sin duda, un antes y un después en el mundo de la conservación y restauración en Cataluña.

Una de las obras que se mostraban era precisamente la talla en madera de san Juan Evangelista, clasificada como perteneciente al taller escultórico denominado de Erill la Vall. Los servicios de restauración municipales de Barcelona la restauraron en 1973, un año después de que Mn. Manuel Trens la donase al museo de su ciudad natal. En el texto del catálogo, se explica que la imagen conservaba restos de policromía en las carnaciones y en la túnica del santo. Se apuntaba que podía proceder de un baldaquino con columnas decorado con los cuatro evangelistas, ya que el encaje existente bajo los muslos de la talla debía servir para acoplarlo al soporte.


Talla de san Juan Evangelista en 1973, antes de iniciarse el primer proceso de restauración en el Museu d’Art de Catalunya

La escultura estaba mutilada y degradada a causa del ataque de xilófagos, además de presentar grietas profundas en el soporte. La restauración consistió, entonces, en una desinsectación química y en una consolidación de la madera con resina acrílica y cera líquida que servía para tapar los agujeros de carcoma y rellenar las grietas. Por último, se aplicó una capa también de cera líquida sobre toda la superficie para homogeneizarla y protegerla. El texto iba ilustrado con dos fotografías de antes de la intervención y otra en curso de restauración.

Restauración de la talla de san Juan hoy

Cuarenta años después, los responsables de Vinseum solicitaron al Museu Nacional una nueva desinsectación de la obra, un proyecto de estudio en profundidad y una restauración. Desde el museo propusimos, a cambio, la exposición de la talla de san Juan Evangelista, una vez restaurada, en el ámbito de los grupos de los Descendimientos de la Cruz procedentes del valle de Boí. La fórmula de exponer una “obra invitada” tiene la virtud de facilitar el diálogo entre la obra de fuera y las de la propia colección que obliga necesariamente a revisar y replantear las obras de su entorno. Durante unos meses, la elegante escultura del Vinseum visita el Museu Nacional d’Art de Catalunya, cambia de contexto y convive con otras tallas de madera de la colección de su misma época, de una procedencia similar y que, incluso, es posible que fueran realizadas por artistas del mismo taller de escultores que habitualmente se fecha a finales del siglo xii.


La obra expuesta en el Museu Nacional en el ámbito de los Descendimientos de la Cruz procedentes del valle de Boí

Esta segunda visita del san Juan a los talleres del Museu Nacional ha sido la ocasión para realizar un examen científico de los aspectos materiales y técnicos de la talla, y se han comparado los resultados con los de otras imágenes del mismo taller que se conservan dentro y fuera del museo.

El estudio radiológico muestra que la escultura es monóxila, tallada en un tronco de peral, tiene restos de entelado en la zona del cuello y dos fragmentos de la misma madera de peral añadidos en los hombros, fijados con espigas. Los conservadores-restauradores planteamos la hipótesis que estas maderas pudieran corresponder al inicio de dos alas que se había roto. Es decir, que san Juan habría sido representado con alas, señalando el libro con el dedo índice y acompañado por el águila, su símbolo.

Reverso de la obra con las zonas de donde posiblemente surgían las alas

El encaje con ángulo de unos 75º, a la altura de los muslos, hace pensar que la escultura inclinaba el torso hacia adelante, mirando a los fieles desde arriba

Con los análisis, se han determinado los pigmentos utilizados, cómo estaban aglutinados y la forma de aplicación. Los pigmentos identificados son propios de la producción románica: blanco de plomo, negro carbón, minio, cinabrio-bermellón, oropimente, índigo o pastel, además de algún colorante orgánico. Todos ellos aglutinados al temple de huevo, aplicados por capas y sobre una preparación de yeso en dos estratos superpuestos.

Toma de micromuestras por parte de la química del museo, Núria Oriols

Imagen al microscopio óptico 20x de una muestra de la carnación. En la secuencia de la estratigrafía se aprecia una capa inferior de policromía rosada y unos estratos superiores que corresponden a un repinte posterior de un rosado más claro

Se ha puesto de manifiesto igualmente que el rostro de san Juan está repintado con una carnación de blanco de plomo y bermellón, aglutinados con óleo, y aplicada sobre una nueva preparación de yeso. Esta repolicromía mucho más tardía, que también es visible en el color rojo del vestido, era una práctica habitual en las imágenes de culto y que se querían mantener en buenas condiciones.


La restauradora del museo, Anna Carreras, trabajando en el reverso de la talla

El último proceso de restauración de la obra en el Museu Nacional ha consistido, pues, en:

  • un tratamiento de desinsectación por anoxia
  • una limpieza de los restos de policromía
  • eliminación de cera de abeja de antiguas restauraciones del interior de las grietas, los agujeros y de toda la superficie de la madera que le daban un aspecto charolado a la talla

Restos de cera que se han retirado de las grietas en la restauración actual
  • se han retirado, además, los estucos de yeso añadidos que alteraban los volúmenes y el cuidado trabajo de talla
  • se ha finalizado con una reintegración volumétrica puntual, con pasta de madera, para tapar y nivelar los numerosos agujeros de xilófagos
  • se ha realizado una mínima reintegración cromática

Aspecto de las reintegraciones volumétricas, de estuco y cera, de la restauración de 1973

La talla de san Juan hoy

Con motivo de la exposición, hemos publicado una breve monografía Yo, Juan. Una talla románica recuperada, coordinada por el comisario de la muestra, Jordi Camps.

Copia de fullet

Enlaces relacionados

Catálogo de la exposición Yo Juan. Una talla románica recuperada (pdf – 1,32 Mb)
Descendimientos del valle de Boí en la colección del Museu Nacional
Virgen y san Juan del Descendimiento de Erill la Vall
Figuras del Descendimiento de Santa Maria de Taüll

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