Papeles panorámicos, un viaje de invierno por los paisajes del museo

26 de enero de 2017

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Julia Pelletier

Esta Navidad, el espacio educArt se ha llenado de familias que han creado colectivamente un paisaje. Una media diaria de 35 personas, entre adultos y niños, han participado de esta propuesta ideada y conducida por la diseñadora textil e ilustradora Julia Pelletier. El papel panorámico resultado de este taller puede verse gratuitamente en el espacio educArt hasta el 12 de febrero, en horario del museo.

Una mañana recibo una llamada del Departamento de Educación del museo, me preguntan si me gustaría crear un taller para familias durante las fiestas de Navidad.

Tengo unos días para pensar qué hacer.

Me apetece ocupar el espacio de la sala, generar una intervención plástica grande, que pueda quedarse y estar a la vista de todos.

Vuelvo a mi libro sobre papeles panorámicos del siglo XVIII, Papiers peints panoramiques (Musée des Arts Décoratifs, Ed. Flammarion, 1990).

El museo me ofrece la oportunidad de ver toda la colección un lunes, el día en que está cerrado al público. Paseo sola por las salas, es mágico. Decido hacer fotos de paisajes encontrados en frescos y pinturas de varias épocas para crear un taller a partir estas imágenes. Si hacéis clic (PDF 2MB) podéis ver las obras que me han servido de inspiración.

Hacer entrar un paisaje invernal en el museo, crear una ventana hacia el exterior en un interior predeterminado, es lo que quiero conseguir. Decido definir una gama de colores reducida que permita a los niños y a los adultos reflejar esta época específica del año: blanco, negro, gris, azul de ftalocianina y toques de oro y plata serán los colores utilizados para pintar y dibujar.

Empiezo a diseñar grandes paneles de papeles mezclando las imágenes que fotografié durante mi visita a las colecciones, que previamente pasé a blanco y negro.

In situ tapizamos las paredes de estos grandes papeles impresos dejando espacios en blanco para que cada participante pueda intervenir sobre ellos.

Primer día, nervios….

Han venido muchas familias y empezamos todos juntos a pintar y a completar los paisajes que he compuesto a partir de las obras. Las paredes de la sala se llenan de montañas, valles, flores, árboles, castillos, personajes inventados y cielos creados con pintura, ceras y trazos de lápiz.

Los colores se mezclan y crean nuevos tonos. Pequeños y grandes, todos de pie, algunos subidos a una escalera, disfrutan juntos de este momento y, frente al enorme lienzo, dejan fluir su imaginación y liberan sus manos.

La gente se concentra, se ríe, habla, miran lo que hacen ellos mismos y los demás, se acercan a la pared o se alejan para ver lo que están creando entre todos. Cuando se cansan, sobre todo los más pequeños, tienen una segunda propuesta para realizar en el espacio, crear una postal. Un objeto que se llevarán a casa y que podrán enseñar, regalar o enviar, un recuerdo creado a partir de las pinturas del museo sobre el que cada niño interviene para convertirlo en algo propio.

El taller acaba y la gente agradece, se va feliz de este momento vivido una mañana de invierno en el museo.

Ahora me esperan los siguientes talleres y mirando como se ha llenado el primer papel panorámico, decido trabajar por capas. Empapelo de nuevo las paredes, pero dejo visible algunos fragmentos de las pinturas del museo y algunas de las intervenciones hechas por las familias, ese será el punto de partida para crear un nuevo paisaje para cada taller.