Àlex Masalles
Entre las esculturas en mármol blanco ubicadas en la sala de la cúpula del Museu Nacional, destaca, a la izquierda de la puerta de acceso al restaurante, una obra en bronce con pátina oscura montada sobre una base de piedra de Montjuïc. Se trata de una representación alegórica de la ciudad de Barcelona del escultor Eusebi Arnau.
Original de 1897
El original en yeso de este busto, firmado y fechado en 1897, formaba parte del proyecto presentado por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch al concurso convocado en 1896 por el Ayuntamiento de Barcelona para erigir un monumento a Francesc de Paula Rius i Taulet, que había sido alcalde de la ciudad.
Este proyecto obtuvo un accésit y el Ayuntamiento adquirió la obra por 500 pesetas con destino al Museo de Bellas Artes. El busto en yeso acompañaba la maqueta que figuró con el núm. 5 y bajo el lema “Mirau-la; os de mos ossos, s’és feta gran com jo!”)(verso de la Oda a Barcelona de Jacint Verdaguer, último verso de la segunda estrofa).
La actual fundición en bronce fue realizada en 1906 en la Fundición Artística Masriera i Campins S.A. de Barcelona. La marca del fundidor es muy visible en el hombro izquierdo de la figura.
Arnau retomó la misma iconografía en el anverso de una medalla realizada en 1907 con motivo de la V Exposición Internacional de Arte de Barcelona, donde incorporó el busto de la representación de la ciudad de Barcelona, esta vez de perfil, con corona, babera y laurel.
Lo que nos revelan las fotografías antiguas
Gracias a una fotografía antigua en blanco y negro de la fundición en bronce conservada en el departamento de Arte Moderno del museo, sabemos que en origen la figura llevaba una corona adornada con una babera articulada (a modo de cadena que asegura la corona a la barbilla) con diversos escudos relacionados con la ciudad de Barcelona. Estos elementos enmarcan la cara de la matrona y le confieren el aura de solemnidad que la representación alegórica de la ciudad requería.
Durante muchos años la escultura ha carecido de su babera, y ofrecía una imagen alejada de su iconografía original.
Por suerte, en el Área de Registro del museo se han conservado dos piezas que pertenecían a la babera articulada de la escultura del museo: un escudo con la cruz de San Jorge y una charnela en forma de flor de lis, que, una vez consensuados los criterios con los conservadores, han permitido abordar la reintegración de las partes desaparecidas aprovechando la estancia de los estudiantes en prácticas de la Facultad de Bellas Artes: Andrea Barbarà y Mario Vazza.
La documentación fotográfica existente era escasa: la cajita de cartón donde se guardaban las piezas de la babera original llevaba adherida a su tapa una pequeña fotografía en blanco y negro, prácticamente inédita, del yeso original.
Su estudio nos ha permitido comprobar dos aspectos importantes de la escultura:
- existen diferencias formales destacables entre la babera del yeso original y las de la fundición en bronce. Mientras que en el yeso se pueden contar un total de 8 escudos con una flor de lis en la parte central inferior, el bronce de la foto lleva solo 6 escudos con un total de 5 flores de lis a modo de charnela entre cada pareja de escudos. Muy probablemente estas modificaciones fueron fruto, no de un arrepentimiento del artista, sino de la solución técnica adoptada para traducir las formas compactas del modelo de yeso al lenguaje del metal y crear una babera con elementos articulados.
- la foto en blanco y negro del bronce, de fecha desconocida, hace evidente que los temas heráldicos de los cuatro escudos son diferentes, mientras que los escudos del yeso presentan el campo en blanco. A la cruz de San Jorge del escudo metálico original conservado hace falta añadirle las cuatro barras, un escudo truncado con la cruz y cuatro barras, y el escudo cuarteado de cruces y barras de la ciudad de Barcelona.
Teniendo en cuenta estas variaciones tanto respecto del original en yeso como entre los mismos escudos, hemos creído oportuno, como criterio de la intervención, realizar una reintegración mimética, en cuanto a forma y color, a partir de las piezas originales y la información contenida en las fotografías, pero en un material sintético totalmente diferente del metal original. De esta manera se consigue que las nuevas partes se integren plenamente con el original y recuperar la lectura del conjunto del busto, a la vez que se garantiza la reversibilidad y el seguimiento de la intervención.
Paso a paso de la intervención
- El primer paso ha sido la realización de moldes de silicona de cada una de las piezas de bronce originales, previa aplicación de un estrato de protección.
- Los moldes han servido para obtener diversas reproducciones en escayola a partir de las cuales, previo borrado de la cruz para dejar el campo en blanco, se han obtenido los tres escudos perdidos modelando con plastilina blanca los nuevos temas.
- A continuación, se han hecho los moldes de silicona de los tres escudos nuevos y se han obtenido los correspondientes positivos en resina epoxi con carga metálica en polvo, y se han insertado en de la masa anillas de cobre para reforzar los eslabones de sujeción.
- Con el molde de la flor de lis original se han hecho tres flores nuevas que hacen de charnelas entre los escudos.
- Una vez eliminadas las rebabas y retocados los agujeros, se han fabricado las anillas de sujeción con hilo de latón.
- Se han tenido que hacer varias pruebas para ajustar la separación entre los escudos, de forma que la babera tuviese una caída lo más simétrica posible respecto al eje del rostro y procurar que la flor de lis central estuviese alineada con el agujero presente en la parte delantera del cuello de la figura.
- Sobre las nuevas piezas de resina y las anillas se ha aplicado una pátina artificial pintada con colores al barniz sobre un dorado con purpurina metálica para igualar el tono con el color de la pátina del bronce original.
- El montaje final de la babera se ha completado con la incorporación de un perno metálico que la fija a través del agujero del cuello de la figura.
Instalación de la obra recuperada
Para concluir, y una vez recuperada la imagen de la obra de Arnau, nos falta proponer un aumento en la altura de la exposición del busto que daría un punto de vista más bajo y reforzaría, según nuestro criterio, el carácter pujante de la representación.
Enlaces relacionados
Otras obras de Eusebi Arnau en la colección del Museu Nacional
Conservador-restaurador de materials inorgànics