Vittoria Colonna, «la mujer más famosa de Italia»

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Pilar Vélez
Vittoria Colonna

Vittoria Colonna fue una mujer de una gran personalidad, poetisa y, según algunos autores, «la mujer más famosa de Italia». Por un lado, hija de Fabrizio Colonna y Agnese da Montefeltro, y nieta de Federico da Montefeltro, duque de Urbino. De otra, marquesa de Pescara, título de su marido, Francisco Fernando de Ávalos, napolitano, de una familia fiel a la Corona de Aragón y de Nápoles, hijo de Alfonso de Àvalos y María Hipólita Diana de Aragón y Cardona, con quien la esposa a los 16 años.

Francesco Ferrante d’Avalos
Francesco Ferrante d’Avalos. Foto: Wikimedia Commons. Dominio público

Los Colonna, aliados de la familia De Ávalos, concertaron el matrimonio cuando aún eran unos niños. Se casaron el 27 de septiembre de 1509 en la isla de Ischia, en la bahía de Nápoles, en el «castillo aragonés» que, propiedad de los reyes de la Corona de Aragón, pasó a manos de Fernando el Católico, el que, agradecido a Íñigo de Àvalos por la gran defensa contra los franceses, concedió el gobierno de la isla a esta familia.

A pesar de ser un matrimonio «concertado», parece que sus vínculos amorosos fueron notables. Él tuvo que irse a la guerra a las órdenes de Fabrizio Colonna para luchar a favor del emperador contra Francia y abandonó Ischia. Hecho prisionero en la batalla de Rávena en 1512, fue deportado a Francia. Posteriormente se convirtió oficial del ejército de Carlos V y fue gravemente herido en la batalla de Pavía el 24 de febrero de 1525, donde fue derrotado el ejército francés de Francisco I. Vittoria corrió a reunirse con él en Milán, pero antes de llegar supo de su muerte en Viterbo. Muy deprimida, se retiró en un convento de Roma, hecho importante para ella ya que haga amistad con varios eclesiásticos que impulsaron una corriente reformista dentro de la Iglesia Católica, como el erasmista español Juan de Valdés. Esto fue decisivo para Colonna -gran discípulo suya-, aunque ella volvió a Ischia y se ahorró de vivir el saqueo de Roma el 6 de mayo de 1527.

Sin embargo, imbuida del nuevo espíritu religioso, en 1531 volvió. En 1537 fue a Ferrara y en 1539 regresó a Roma donde coincidió con el que había de convertirse en un gran amigo, Miguel Ángel Buonarrotti, con el que compartió la apuesta por la reforma religiosa. Colonna fue perseguida por la Inquisición -por eso siempre vivió entre conventos-, sobre todo por ser una gran defensora de las «normas» de San Francisco, en frente de la ortodoxia católica.

Su obra literaria más destacada son las Rimas -unas de profanas y amorosas dedicadas al esposo difunto y otras de sacres-, que dejan entrever la influencia de Petrarca. La primera edición, de 1538, fue impresa en Parma, pero se hicieron 19 ediciones en el siglo XVI.

Dos retratos de Vittoria Colonna, pintados per Sebastiano del Piombo

Sebastiano del Piombo, Portrait of a lady, Harewood House
Sebastiano del Piombo, Portrait of a lady, Harewood House (Leeds)

De Vittoria Colonna se conservan diversos retratos. El retrato al óleo sobre madera del Museu Nacional d’Art de Catalunya, hasta ahora fechado por el museo hacia el 1520-1525, es obra del pintor veneciano Sebastiano del Piombo o Sebastiano Luciani, entre otras cosas, amigo de Miguel Ángel. De él es también un segundo retrato, muy parecido, pero en este caso la figura lleva en la mano derecha una tacita y no incorpora ningún paisaje. Pertenece a la Colección Harewood de Leeds (Inglaterra), una de las grandes colecciones europeas de pintura veneciana.

El retrato del Museu Nacional procede del Legado Cambó (1949), considerado la aportación desinteresada más importante que nunca ha recibido la institución. Ingresó en ella en 1954 -el legado llegó entre 1949 y 1954.

La Vittoria Colonna de la Colección Cambó

Sebastiano Luciani llamado "Sebastiano del Piombo", Vittoria Colonna (?), 1520-1525
Sebastiano Luciani llamado «Sebastiano del Piombo», Vittoria Colonna (?), 1520-1525

La protagonista nos mira fijamente. Viste muy austeramente: no se adorna con ninguna joya, ni pendientes, ni collares, ni anillos … No lo necesita. Es una mujer que va más allá de las apariencias del rango y la imagen nos confirma una personalidad sólida. Incluso el vestido, de un tejido labrado, propio de la moda de aquellos años, es sencillo. Lleva un velo blanco en la cabeza y un pañuelo también blanco sobre los hombros. Esto parece decirnos que era viuda, de una sencillez «franciscana» presente en su ideario y su imagen. El escote ancho, a la manera renacentista, o a la «romana». Pone el dedo índice de la mano derecha en el escote, detalle que parece que alude a su profundidad de espíritu. Mientras tanto, con el dedo índice de la mano izquierda señala un libro abierto, de poemas, quién sabe si no las Rimas dedicadas al esposo. Sobre la mesa, un tapiz oriental como los que eran comunes en la Europa del momento y visibles en muchas otras pinturas como las de Johannes Vermeer.

Si todo lo dicho hasta ahora es cierto, tenemos que pensar que este retrato de Colonna debería ser posterior al 1525, ya que su marido murió este año.

Pero seguimos observando. El retrato tiene como fondo un paisaje. El paisaje es un recurso habitual en la pintura de aquel tiempo y en la obra de Piombo. Nos preguntamos si es un paisaje de recurso, simplemente decorativo, o un paisaje que nos habla de la protagonista.

Vista del Castello Aragonese d’Ischia
Vista del Castello Aragonese d’Ischia. Fuente: Wikimedia Commons. Dominio público

Revisando numerosa documentación gráfica sobre los lugares de referencia de Colonna, parece verosímil que la construcción que aparece es la torre del Castello Aragonese, e incluso, mirado con detenimiento, se puede ver el mástil de un barco a raíz de la costa. Así pues, podría bien ser el «castillo aragonés» de Ischia, donde se casó la joven pareja, y aún hoy conocido con este nombre, plasmado por el pintor en recuerdo de su marido estimado, ataviada de viuda.

Si fuera así, el retrato, por tanto, tal vez podría haber sido pintado en Roma poco después de la muerte del marido o quizás aún más probablem cuando retornó a Ischia en 1527. Esta puede ser, ùes una hipótesis bastante probable.

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Pilar Vélez
Directora del Museu del Disseny de Barcelona
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