Una tabla gótica de Lluís Dalmau, nuevo ingreso del museo

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Cèsar Favà

La Decapitación de san Baudilio de Lluís Dalmau, originaria de Sant Boi de Llobregat, fue subastada el pasado 31 de mayo, y adquirida para el museo gracias a la financiación de la Fundación Palarq. Desde esta semana y coincidiendo con La Noche del Museu Nacional 2017, se expone en la sala 17 de la colección de arte gótico, temporalmente hasta el 30 de julio.

Lluís Dalmau, Virgen de los «Consellers», 1443-1445

Durante mucho tiempo, la tabla de la Virgen de los «Consellers», uno de los iconos de la colección de arte gótico del museo y una de las obras más relevantes de la pintura catalana de la época, fue la única producción conocida de Lluís Dalmau. Sin embargo, en las últimas décadas se han realizado diferentes descubrimientos que mejoran el conocimiento de la obra de este pintor real, que trabajó para Alfonso el Magnánimo (1416-1458) y bajo sus órdenes viajó a Flandes (1431), uno de los principales centros de vanguardia del momento.

En la década de 1960, Joan Ainaud, entonces director general de los Museos de Arte de Barcelona, sacó a la luz otra obra documentada del pintor: la tabla central del antiguo retablo mayor de la iglesia de Sant Baldiri de Sant Boi de Llobregat, que había permanecido oculta bajo una repintada posterior. La restauración de la pieza en el taller del entonces Museo de Arte de Cataluña permitió recuperar la fisonomía original de esta bella imagen del santo de Nimes, todavía hoy conservada en el templo del setecientos que tiene dedicado en Sant Boi de Llobregat.

Lluís Dalmau, San Baudilio, 1448. Iglesia de Sant Baldiri de Sant Boi de Llobregat. Foto: Museu Nacional d’Art de Catalunya

Para el descubrimiento de la segunda pintura documentada de Dalmau fue decisivo un hallazgo anterior de Josep Maria Madurell, historiador del Arxiu Històric de Protocols de Barcelona, publicada en 1945. Me refiero al documento notarial que informaba que, el 15 de septiembre de 1448, años después de haber acabado el mencionado y célebre encargo para la casa de la ciudad de Barcelona, este artífice se comprometía a realizar la parte pictórica del retablo de Sant Boi de Llobregat. También que dos días antes se habían encargado ya los trabajos de ebanistería del mismo.

En la actualidad, el antiguo retablo de Sant Boi continúa siendo la única producción documentada de Dalmau conocida, además de la parte preservada del retablo de la capilla consistorial barcelonesa. Sin embargo, desde entonces nuevos trabajos han reportado un mayor conocimiento de este conjunto y de las circunstancias que rodearon su materialización. Así, ahora sabemos, entre otras cosas, que su obra fue desmembrada a raíz de la erección de un nuevo mueble barroco, contratado en 1688 al escultor Miquel Gra y más acorde con las nuevas modas. O, lo que resulta más trascendente todavía: que han pervivido otras tablas que formaron parte del mismo retablo.

Lluís Dalmau, Juicio de san Baudilio, 1448. Colección Gerstenmaier

Una de ellas, advertida por José Gómez y publicada por Francesc Ruiz en 2005, es la del Juicio de san Baudilio conservada en la colección Gerstenmaier, de Madrid. La otra, la que ahora nos interesa, es la Decapitación de san Baudilio que, habiendo sido propiedad de los descendientes del «conseller en cap» de Barcelona en 1714, Rafael Casanova, formó parte de la colección Barraquer de Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà) y justo acaba de ingresar en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, la única institución museística con obra del pintor.

Lluís Dalmau, Decapitació de sant Baldiri, 1448

Esta pintura fue publicada por primera vez por Chandler Rathfon Post, en 1938. Entonces, sin embargo, fue identificada genéricamente como la degollación de un diácono y adscrita hipotéticamente al pintor Pau Vergós. Su atribución a Lluís Dalmau y su vinculación al retablo mayor de Sant Boi de Llobregat no se defendió hasta muchos años después, en 1997, gracias a las investigaciones de Francesc Ruiz, que es el historiador que más ha tratado el tema.

El planteamiento compositivo de la tabla, dividida en tres niveles narrativos superpuestos, presenta el martirio del santo, que se acaba de producir, incluyendo una clara alusión a su poder taumatúrgico. En mitad del superior destaca el caudillo pagano, que ostenta cetro y corona y vestido con ricos ropajes adornados con armiño, que ha presidido la ejecución sentado sobre un trono pétreo, flanqueado por sus secuaces a derecha e izquierda.

Lluís Dalmau, Decapitación de san Baudilio, 1448. Detalle

En el centro del nivel intermedio aparece el cuerpo sin vida del mártir, todavía sangrando, que presenta las manos atadas a la espalda y viste una casulla brocada tan lujosa como anacrónica. A su lado izquierdo destaca la magnífica figura meditabunda de su verdugo, que posa elegantemente sujetando el hacha del crimen con una mano. Hay que decir que, comparativamente con otras imágenes de sayones, el pintor no ha sido especialmente descarnado con el personaje, a pesar del rostro de rasgos grotescos y la vestimenta amarilla que tradicionalmente arrastra connotaciones negativas. A su lado derecho, un viejo cojo avanza hacia el primer término con la ayuda de unas muletas.

Lluís Dalmau, Decapitación de san Baudilio, 1448. Detalles

Por último, alrededor de la cabeza nimbada del santo, en el nivel inferior, hay dos personajes que, junto con el renco, remarcan la capacidad del santo para obrar milagros: se distinguen las tres fuentes que, según la tradición, brotaron a raíz de su triple impacte sobre el suelo. A ellas acuden tres personajes con la esperanza de ser curados: un cojo, un peregrino herido que luce un sombrero con tres esportillas o insignias de peregrinación y un ciego que se pone algunas gotas de agua en los ojos.

Lluís Dalmau, Decapitación de san Budilio, 1448. Detalle

El episodio representado indica que la tabla debía de ser una de las que concluía el ciclo de Sant Boi y, de la falta de encajes en la parte baja del reverso, se puede deducir que debía de ocupar un piso inferior en el conjunto. Como la tabla de Sant Boi de Llobregat, la nueva adquisición del Museu Nacional fue serrada por la parte superior, seguramente coincidiendo con el espacio originalmente reservado a las tracerías, y sufrió considerables alteraciones posteriores. Afortunadamente, la obra fue restaurada en 1977 por Joaquim Pradell, jefe de restauración del Museo de Arte de Cataluña, que con gran maestría supo recuperar el esplendor de la pintura de Dalmau.

Enlaces relacionados

Prodigios en la colección, Cèsar Favà

Ruiz i Quesada, F., «Una nova taula documentada de Lluís Dalmau, d’origen santboià» (catalán), Butlletí de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, XI (1997), p. 113-127.

Ruiz i Quesada, F., «La taula de la mort de Sant Baldiri, de Lluís Dalmau: confirmació de l’autoria i de l’origen santboià de l’obra» (catalán), Butlletí de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, XIV (2000), p. 135-149.

 

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