Una fotografía útil de Oriol Maspons. La Escuela de Barcelona

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Raúl Gimeno y Yolanda Ruiz

Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, José Agustín Goytisolo y Josep Maria Castellet en el vestíbulo de la editorial Seix Barral, Oriol Maspons, 1961. Museu Nacional d’Art de Catalunya, depósito del artista, 2011. © Arxiu Fotogràfic Oriol Maspons, VEGAP, Barcelona, 2019

Hasta el 12 de enero de 2020 se puede visitar la exposición Oriol Maspons, la fotografía útil / 1949-1995, un amplio recorrido por la obra del fotógrafo. Nos fijaremos en una imagen en la que los poetas Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo y Carlos Barral posan junto al crítico literario Josep Maria Castellet en la entrada de Industrias Gráficas Seix Barral («la casa oscura de la calle Provenza», según palabras del propio Barral).

Esta fotografía de Maspons en contexto

El colectivo retratado es el núcleo central del llamado Grupo de Barcelona (más tarde conocido como Escuela de Barcelona) de la Generación de los 50.

El Grupo de Barcelona, consciente del aislamiento de la Ciudad Condal respecto a Madrid, centro del poder literario, decidió llevar a cabo una estrategia generacional para asegurarse un sitio en el mapa de las letras. Jaime Gil de Biedma, por ejemplo, en una conversación con E. Sylvester (1979), cuenta que «Los grupos poéticos no son generalmente un hecho histórico real, sino una creación voluntaria, más que nada una empresa de «política» literaria.» Más adelante, con Jesús Fernández Palacios (1983), reconoce que «en un momento dado decidimos autolanzarnos como grupo, en una operación absolutamente publicitaria, no literaria.»

Creemos que existen cinco momentos decisivos de esta promoción para ayudar a la Escuela de Barcelona a colocarse en la vanguardia de la poesía española.

Las cinco etapas de la estrategia promocional de la Escuela de Barcelona

1. El homenaje a Antonio Machado

En febrero de 1959 el Grupo de Barcelona participó en el homenaje a Antonio Machado que tuvo lugar en Colliure, donde se encuentra la tumba del poeta.

A imitación del homenaje a Góngora y la posterior antología de Gerardo Diego, que ayudaron al bautismo de la Generación del 27, el homenaje a Machado sirvió de bautismo generacional a esta nueva promoción de escritores que será conocida como Generación de los 50.

Cabecera del núm. 148 de la revista Ínsula y reproducción de la reseña «A los veinte años de la muerte de Antonio Machado», en la pàgina 2

Entre los asistentes, había Blas de Otero, Caballero Bonald, Ángel González, José Ángel Valente, Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Carlos Barral, Alfons Costafreda, Manolo Millares, Josep Guinovart y Joan Ferraté . Sus nombres no aparecieron en la reseña de la revista para evitar posibles represalias.

 Tanto Jaime Gil de Biedma como Carlos Barral destacan, en sus respectivos diarios, la utilidad del homenaje para los intereses publicitarios. El primero de los dos cuenta que «Regresado ayer de Colliure. El homenaje discreto -y hasta emocionante -. El conjunto estuvo muy bien, interesante y divertido. Para nosotros, además, una afirmación de grupo.» (02/24/1959.) El segundo confirma que «lo del frente generacional es, sin embargo, divertidísimo y no del todo inútil, según parece,» pero añade que la política literaria es demasiado absorbente: «Desde lo de Colliure todo se va en política de generación. Entrevistas, frente común, política de publicaciones, antología …, etc. Así es que no hago nada. «Luna de agosto» sigue inacabado.» (09/03/1959.)

José Agustín Goytisolo habla de ello en el poema Homenaje en Collioure:

«Aquí, junto a la línea
divisoria, este día
veintidós de febrero,
yo no he venido para
llorar sobre tu muerte,
sinó que alzo mi vaso
y brindo por tu claro
camino, y por que siga
tu palabra encendida,
como una estrella, sobre
nosotros ¿nos recuerdas?,
aquellos niños flacos,
tiznados, que jugaban
también a guerras, cuando,
grave y lúcido, ibas,
don Antonio, al encuentro
de esta tierra en que yaces.»

«Homenaje en Collioure», de José Agustín Goytisolo

2. Las conversaciones poéticas de Formentor

Del 18 al 25 de mayo de 1959 se celebró en el Hotel Formentor de Mallorca «las celianas «Conversaciones poéticas»» (tal y como las denominaba Carlos Barral). En el número de marzo de aquel año de Papeles de Son Armadans aparece el texto, casi una declaración de intenciones, que anuncia, presenta y describe estas conversaciones poéticas: «Los poetas vendrán a las Conversaciones a conversar y a tomar copitas en amor y compañía. El vino —como la luna y los amores imposibles— es buen amigo de los versos. Aquí no se engaña a nadie. Las Conversaciones no quieren ser más cosa —ni un punto menos, tampoco— que lo que su bautismo nombra: una reunión de carácter privado en la que se hablará familiarmente de aquello —y nada más que de aquello— que la sabiduría popular designa como “nuestras cosas”.»

Cubierta del número de marzo de 1959 de Papeles de Son Armadans e imagen del cartel del evento, obra del artista Millares, reproducido en la revista.

El Grupo de Barcelona asistió a estas conversaciones gracias a la amistad de Goytisolo con Caballero Bonald y Camilo José Cela , subdirector y director, respectivamente, de Papeles de Son Armadans.  

El número 151 de la revista Ínsula se hace eco del acontecimiento:

Ínsula, núm. 151, p. 10

Igual que Goytisolo en el Homenaje en Collioure, Jaime Gil de Biedma recupera una experiencia colectiva para su poesía. El poeta catalán escribe en su diario: «He pensado, durante todos estos días, en la viabilidad de “Conversaciones poéticas”, el poema sobre Formentor a que me he comprometido con Cela.» (07/23/1959.) El poema se inició con la llegada del grupo a las jornadas organizadas por Cela:

«Predominaba un sentimiento
de general jubilación.
Abrazos,
inesperadas preguntas de amistad
y salutación
de algún maestro
‒borrosamente afín a su retrato
en la Antología de Gerardo Diego‒
nos recibieron al entrar.»

«Conversaciones poéticas», de Jaime Gil de Biedma

3. La lectura en el Ateneo de Madrid

A raíz de las conversaciones de Formentor, los miembros de la Escuela de Barcelona establecieron vínculos con otros poetas nacionales e internacionales. Fruto de estos encuentros, Goytisolo, Barral y Gil de Biedma fueron invitados a leer sus poemas en el Ateneo de Madrid, con motivo de los «jueves literarios» que dirigía José Hierro . Jaime Gil de Biedma lo registra en su diario el 29 de octubre de 1959.

Una pequeña reseña, en el número 156 de la revista Ínsula, dejó constancia del éxito.

«Los jueves literarios del Ateneo», Ínsula, núm. 156

Para el lanzamiento del grupo barcelonés fue muy importante la lectura en Madrid, donde estaba situado el foco literario. Pero esta lectura no fue el único acto promocional de la semana. El domingo, día de Todos los Santos, tal y como recoge Gil de Biedma también en su diario, participaron en una «expedición en grupo al cementerio civil de Madrid, a visitar las tumbas de Baroja y Pablo Iglesias.» El poema de Jaime Gil de Biedma Un día de difuntos habla de ello.

«Éramos unos cuantos
intelectuales, compañeros jóvenes,
los que aquella mañana lentamente avanzábamos
entre la multitud, camino de los cementerios.»

«Un día de difuntos» de Jaime Gil de Biedma

4. La antología de Josep Maria Castellet

La consolidación del Grupo de Barcelona llegó en 1960 con la aparición de la antología de Castellet Veinte años de poesía española y la creación de la colección Colliure de la editorial Literaturasa. La idea de hacer una antología para promocionar el grupo venía de lejos, cuando los escritores colaboraban en la revista Laye . En una carta del 28 de septiembre de 1955, Gil de Biedma ya interroga a Barral sobre el proyecto de hacer una antología por parte de Laye: «¿Qué sabes de la Antología Laye? Dame noticias y, si está ya decidido, plazo de entrega de originales y condiciones.» Después, también  Barral se refiere en sus memorias a la nonata antología de Laye, precedente de Veinte años de poesía española: «La maniobra de taller para la redacción de la antología debió comenzar enseguida, es curioso, después de años de titubeos ante el proyecto de la que debió ser Antología de Laye, una directa codificación del grupo barcelonés.»

Cubierta y sumario del último número publicado de la revista Laye

Cuando, finalmente en 1960, aparece Veinte años de poesía española, tanto la revista Ínsula (núm. 166, septiembre 1960), como Destino (núm. 1212, 29/10/1960) se hacen eco de ello.

Ínsula, núm. 156

La dedicatoria inicial «A la memoria de Antonio Machado, en el XX aniversario de su muerte» revela el interés de Josep Maria Castellet en vincular la antología a la figura de Machado y a los actos conmemorativos que tuvieron lugar en Colliure en 1959. En opinión del crítico: «surgen, aisladamente nuevos poetas que, en el espacio de unos pocos años, siguiendo una evolución en muchos casos paralela, llegan a adquirir una cierta conciencia poética común, que se manifiesta abiertamente en público, con motivo de la conmemoración del XX aniversario de la muerte de Antonio Machado.»

 Veinte años de poesía española no fue bien recibida en algunos sectores, pero cumplió con su objetivo: tener bastante repercusión. Jaime Gil de Biedma así lo expresa en una carta a Caballero Bonald (15/11/1960): «Si mantienes contacto un poco continuo con España, especialmente a través de revistas literarias, habrás visto ya que en torno a la antología de José María Castellet se ha levantado bastante polvareda. Creo que es lo mejor que podía ocurrirnos.»   

5. La creación de la colección Colliure

La colección se fundó en 1960, aunque los primeros números se publicaron en 1961, y concluyó en 1966. Inicialmente se habían previsto doce obras, en su mayoría de autores jóvenes junto a algunos poetas consagrados, pero finalmente sólo se publicaron once. Destacan Años decisivos (1961) de José Agustín Goytisolo; Diecinueve figuras de mi historia civil (1961) de Carlos Barral, y En favor de Venus (1965) de Jaime Gil de Biedma.

Cubiertas de los títulos de José Agustín Goytisolo, Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma pertenecientes a la colección Colliure

Para algunos críticos, Colliure promocionó principalmente a los miembros de la denominada Escuela de Barcelona. Carme Riera, en la obra La Escuela de Barcelona, informa sobre la fundación de la colección: «Colliure fue fundada en Barcelona en 1960 por José M.ª Castellet, como director, Carlos Barral, que facilitaría, gracias a Seix-Barral, la impresión y distribución, Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo que actuarían de consejeros, y Jaime Salinas, en funciones de editor. Todos aportaron alrededor de cinco mil pesetas.»

Así pues, la fotografía útil de Oriol Maspons que encabeza el artículo inmortalizó el núcleo de la Escuela de Barcelona en plena estrategia promocional. El legado de los protagonistas y su relevancia en la literatura de la segunda mitad del siglo XX dan testimonio del éxito de esta operación promocional.

¿Una fotografía en contexto o el contexto de una fotografía?

Enlaces relacionados

Colección Colliure (1.961 a 1.966). Semblanza.
Barral, Carlos, Memorias , Barcelona: Lumen, 2015.
Goytisolo, José Agustín. Los poemas son mi orgullo. Antología poética. Barcelona: Lumen, 2003.
Gil de Biedma, Jaime. Diarios. Barcelona: Lumen, 2015.
Gil de Biedma, Jaime. El argumento de la obra: correspondencia (1.951-1.989). Correspondencia , Barcelona: Lumen, 2010.
Gil de Biedma, Jaime. Las personas del verbo. Barcelona: Seix Barral, 1999.
Guía temática de la exposición Oriol Maspons.
Pérez Escohotado, Javier (ed.). Jaime Gil de Biedma. Conversaciones. Barcelona: El Aleph , 2002.
Riera, Carme. La Escuela de Barcelona: Barral, Gil de Biedma, Goytisolo: el núcleo poético de la generación de los 50, Barcelona: Anagrama, 1988.

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