Eduard Vallès y Elena Llorens
Una exposición monográfica sobre Pere Torné Esquius representaba un reto. Si bien se habían realizado exposiciones antes, nunca se había estudiado en profundidad ni su biografía ni su obra en todo su conjunto. Torné Esquius no es ni mucho menos un desconocido en el mundo del arte catalán. Podría decirse que es uno de los nombres clásicos, una condición obtenida básicamente a causa de la publicación en 1910 de Els dolços indrets de Catalunya [Los dulces lugares de Cataluña], de sus interiores y de toda su obra infantil. De hecho, desde finales de la década de 1960 algunas galerías como la Sala Rovira habían contribuido a dar a conocer su obra, y una muestra que pudo verse en 1986 en la sala de exposiciones de Caja Madrid en Barcelona es el último testimonio monográfico hasta hoy.
La investigación
A través de un largo trabajo de investigación hemos ido reuniendo un considerable número de obras de este artista. En primer lugar hemos localizado las ya conocidas, pero sobre todo hemos visitado a coleccionistas que en su gran mayoría nunca habían prestado obra de Torné Esquius; de ahí, el gran número de obras inéditas. Ha sido fundamental también la ayuda de varias galerías de arte barcelonesas, tanto por lo que a préstamos se refiere como a la localización de propietarios. En total hemos identificado unas 300 obras, entre pinturas y dibujos, que en muchos casos hemos tenido que fechar y titular por primera vez. Esta tarea ha podido realizarse gracias a los catálogos que se han conservado de las exposiciones que Torné realizó. Aunque en 1905 se instaló en Francia, mantuvo con Barcelona un contacto regular, con una exposición casi cada año. De ahí la presencia notable de este artista en colecciones particulares.
A partir de este contingente de obras se ha elaborado la monografía, donde reproducimos buena parte de ellas. En ella consta además una cronología documentada, la primera sobre este artista. En este caso, la tarea ha sido más complicada porque hablamos de un artista que murió en el año 1936 y de quien, a efectos biográficos, nos ha llegado muy poca información.
La exposición, una muestra de la producción de pintura, dibujo e ilustración
A parte de la publicación, la investigación llevada a cabo, ha tenido como resultado la exposición. Por motivos de espacio la muestra solo presenta una parte de las obras que se han localizado, en total 85 óleos y dibujos, además de otros documentos como revistas, libros o impresos. La selección de estas obras en detrimento de otras no ha sido aleatoria. El objetivo de cualquier exposición es desplegar al artista en toda su complejidad, motivo por el que se ha intentado equilibrar el número de obras con arreglo a los registros que cultivó.
Además de pintor y dibujante, Torné Esquius también se dedicó a la ilustración de prensa y revistas, de libros infantiles, y trabajó en el mundo de las artes gráficas como dibujante. La museografía está en consonancia con el equilibrio que se pretende de los diferentes intereses de Torné: se ha dividido la sala en dos mitades, a la derecha todos sus óleos de interiores –que realizó durante toda su vida– y a la izquierda diferentes espacios que se centran, en términos generales, en el Torné ilustrador. En este espacio hemos dado una relevancia especial al hallazgo de 15 tintas originales de las 39 láminas que integran Els dolços indrets, unos originales que se daban por perdidos. Con el objetivo de que el público pueda admirar las 24 que faltan, hemos optado por reproducirlas en gran formato en la pared, donde pueden verse los deliciosos dibujos con todo detalle.
Paralelamente a los dibujos se exponen en vitrinas algunas de las revistas catalanas y francesas en las que le publicaron ilustraciones. Como ilustrador trabajó para publicaciones francesas como Le Rire o Fantasio, mientras que en Cataluña lo hizo para La Il·lustració Catalana, Empori, Papitu o Jordi.
Hemos dedicado un espacio final a la producción infantil de Torné Esquius, en la que fue capaz de crear un universo de lo más particular. Hemos seleccionado solo una pequeña parte de esta obra, suficientemente representativa del grueso de su producción. Por ejemplo los célebres libros de pedagogía musical de Narcisa Freixas, que ilustró en sucesivas ediciones; un conjunto decorativo para una habitación infantil y, finalmente, una pequeña muestra de algunos óleos y dibujos de esta temática. La elección no ha sido fácil porque la producción vinculada al mundo infantil es, sin duda, una de las más importantes cuantitativamente en la obra de Torné.
Charles Perrault, Cuentos, ilustraciones de Torné Esquius, Barcelona, Ramon Tobella, 1918
La aportación singular de Torné Esquius al mundo del arte
Torné Esquius consiguió algo muy importante en un artista, crear un estilo lo suficientemente singular como para que resulte identificable. Sus inicios modernistas, protagonizados por una obra de carácter más mundano, contrastan con el resto de su carrera artística, en la que priorizará el interés por aspectos cotidianos y banales pasados por el tamiz de una mirada cargada de lirismo.
Sus dibujos, con una mínima aplicación de color, evidencian la sólida formación del artista, que contrasta con la libertad formal con que afronta sus óleos de interiores. Parte de un lenguaje genuino, prescindiendo de las servidumbres de la perspectiva y la técnica. Sus interiores carentes de figuras humanas, resueltos a partir de una técnica dibujística, sintetizan a la perfección la esencia de su propuesta artística.
Elena Llorens
y
Art modern i contemporani