Àlex Masalles
El pasado mes de julio anunciamos que había finalizado con éxito la campaña de micromecenazgo “Salvemos el violinista”, iniciada por los Amics del Museu con el fin de recaudar los fondos necesarios para afrontar el coste de la compleja intervención de conservación- restauración que requería El violinista de Pablo Gargallo. Gracias a las aportaciones de más de 250 mecenas, esta excepcional escultura podrá volver a lucir en las salas del Museu Nacional d’Art de Catalunya dentro de unos meses.
La propuesta de actuación la explicamos en el artículo El violinista de Pablo Gargallo: una cuestión de incompatibilidad. Fundamentalmente, la incompatibilidad entre los materiales constitutivos de la obra, la madera y el plomo ha causado una reacción química que ha ido trabajando inexorablemente y degradando la escultura.
La intervención de conservación-restauración tiene como principal objetivo detener las causas y atenuar los efectos de la corrosión que sufren las láminas de plomo que conforman la escultura. La primera fase del proceso consiste en la digitalización de la escultura en tres dimensiones. El modelo virtual obtenido muestra con claridad las deformaciones sufridas por las planchas que cubren el alma de madera.
El trabajo de escaneo en alta resolución, que utiliza tecnología de última generación, se ha llevado a cabo en el plató fotográfico del museo y ha permitido obtener una digitalización que documenta con la máxima fidelidad el estado de conservación inicial de la obra antes de proceder a desmontarla. Esta documentación tridimensional facilitará el estudio minucioso de la técnica de ejecución, así como la observación de detalles no accesibles a simple vista.
Este archivo digital 3D nos ha permitido obtener un facsímil de la escultura, en formato reducido y de resina, mediante el cual, en una simulación de las planchas elaboradas en cera, se ha podido estudiar y poner en marcha la estrategia a seguir para cortar las diferentes piezas de plomo.
Paralelamente, se han preparado una serie de herramientas expresamente fabricadas para realizar los cortes del plomo con la mínima invasión de la obra original. El desmontaje de las planchas permitirá afrontar, en una siguiente fase, el tratamiento en un reactor de plasma frío para eliminar la corrosión y estabilizar el plomo, la corrección de las deformaciones plásticas y la posterior reintegración de las pérdidas.
Estos son los primeros pasos en este camino que hemos iniciado y que culminará con la exposición de El violinista en las salas del museo en una vitrina de conservación pasiva que garantizará la estabilidad del estado de conservación de esta magnífica obra.
En futuros artículos seguiremos compartiendo la evolución de la intervención de la obra.
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Para saber más sobre el estado de conservación y su restauración
‘El violinista’ de Pablo Gargallo
Conservador-restaurador de materials inorgànics