Maria Clua
Por norma general, cuando me preguntan: ¿de qué trabajas? La respuesta, sea cual sea, causa cierta expectación, me explico:
– si contesto: en un museo, el interlocutor suele decir: ¡qué interesante!, ¿en cuál?
– si contesto: soy arqueóloga, el comentario que sigue es: ¡qué bonito!, como Indiana Jones, cosa que acostumbro a replicar: sí muy bonito, pero no es como Indiana.
– si contesto: soy numismática, la cara del interlocutor, muchas veces, cambia adoptando un aire de ¿qué me está contando?, y pregunta: ¿numisqué…? Pero inmediatamente interpela: ¿¡monedas!? tengo una de mi bisabuelo muy antigua, ¿cuánto crees que vale?
Entonces empieza una tarea de explicación y argumentación, que con los años creo que cada vez es más comprensible. Ser numismático es una mezcla de todo lo que he contestado, puesto que la formación o los estudios para ser numismático, tradicionalmente, derivan de la rama de la historia y de la arqueología. El puesto de trabajo de un numismático es en una institución cultural dedicada a la conservación y al estudio del patrimonio, por norma general, un museo. Y aunque nuestra tarea principal no es saber los precios de mercado de las monedas, sí que tenemos herramientas para poder valorar históricamente las piezas.
La palabra numismática deriva del latín, del genitivo de numisma y también de la palabra griega νόμισμα, palabras que significan moneda. La definición actual y según la Real Academia Española es “disciplina que estudia las monedas y medallas, principalmente las antiguas”. Esta definición la podemos ampliar con la de la Enciclopèdia Catalana: “ciencia que estudia el origen y el desarrollo, tanto en el espacio como en el tiempo, de la moneda, considerándola no como un simple elemento de cambio, sino como monumento o testimonio histórico, social, económico y artístico”. Esta es la manera en que el Gabinete Numismático de Cataluña (GNC), desde 1932 custodia, conserva, estudia y difunde el patrimonio numismático catalán.
Documentar, clasificar y estudiar en el GNC
Pero, ¿qué es lo que hace el Gabinete?, ¿cuál es la tarea diaria de un conservador del GNC? Los fondos del GNC están formados por más de 155.000 piezas, la mayoría son monedas metálicas, pero en las reservas también guardamos objetos de cariz paramonetal como por ejemplo jetones, fichas, plomos, pellofas. También tenemos una colección de papel moneda, billetes, vales, bonos, tarjetas de crédito. Pero por tradición en los gabinetes y museos numismáticos también se conserva todo aquello que es pequeño, redondo y metálico. Así que, además, custodiamos medallas –con todas sus variantes: artísticas, conmemorativas, de proclamación, históricas, religiosas…–, condecoraciones y sellos. También, y según la definición anteriormente citada, conservamos todo aquello que gira alrededor del mundo de la moneda y su fabricación, ya sean objetos metrológicos o que en un momento u otro forman parte del sistema de producción.
Los datos básicos o físicos de una pieza
Desde 1932, la tarea principal de los conservadores del GNC ha sido conocer, clasificar y documentar todos los materiales del fondo. Si bien la forma de trabajar es muy similar para todas las épocas, las técnicas de registro han cambiado y evolucionado con el paso del tiempo. La norma básica, o convención internacional, a la hora de documentar una pieza es anotar el peso, el diámetro y la posición de la acuñación de la moneda, sea cual sea la fecha de emisión de la pieza. Estos tres valores son los que la identifican físicamente, lo que sería su DNI. El peso, por norma general, se expresa en gramos (g), desde la creación de la moneda se ha establecido un peso concreto para cada valor nominal, pero siempre hay pequeñas variantes por encima o por debajo de lo que marca el decreto de emisión o la autoridad emisora, que hacen que la pieza sea única. El diámetro, expresado en milímetros, también puede variar, sobre todo en las monedas fabricadas a martillo, puesto que según el golpe que recibía el cospel, el módulo era ligeramente diferente. La posición de la acuñación o los ejes, expresado en horas (h), o según las épocas en grados o flechas, es la relación que hay entre la posición de la iconografía del anverso y la del reverso de la moneda, dato bastante importante para las monedas fabricadas manualmente.
También es importante anotar el grado de desgaste que presenta la moneda, sobre todo si se trata de una pieza procedente de un tesoro, ya que esta información ayudará a establecer una fecha de ocultación del conjunto.
Datos identificativos
Con los datos físicos asociados a un número de inventario, que es el identificativo que recibe una obra al entrar a formar parte de la colección del museo, abrimos una ficha de registro en la que, además, se tiene que informar de: la autoridad emisora; la fecha de emisión o momento en que se acuñó o fabricar la moneda; la ceca o territorio en que se hizo la pieza; la descripción del anverso y del reverso, que debe contemplar una transcripción literal de la inscripción que envuelve la moneda o medalla (leyenda) y una breve descripción de la imagen o tipo que hay gravado.
Si somos rigurosos, la ficha debería incluir datos bibliográficos de referencia sobre la pieza. Además, también es muy importante conservar la información sobre la procedencia de las piezas:
– si es un descubrimiento arqueológico: nombre del yacimiento, localización, número de estrato y materiales que lo acompañan
– si se trata de una compra: datos sobre la adquisición, y, si es posible, de que colección procede o los propietarios anteriores.
– si se trata de una donación: información sobre la persona que ha depositado la pieza, fecha del ingreso, así como la manera en que se desea que conste en la cartela si el objeto se expone.
Toda esta información, antes de la era digital, se plasmaba en unas fichas en papel escritas a mano que quedaban ordenadas según el número de registro correlativo en un fichero. En la actualidad, en el Museu Nacional, esta información la introducimos en el programa de registros de las colecciones Museum Plus (M+). En este sentido, se trabaja en dos líneas, una que es la de ir introduciendo las colecciones antiguas del GNC al M+, y, la otra, que es hacer lo mismo con todas las nuevas adquisiciones del departamento.
Enlaces relacionados
Campo, M.; Estrada-Rius, A.; Clua, M., Guia numismàtica, Barcelona, 2004
Cinc segles de numismàtica catalana. Exposició commemorativa del 75 aniversari del Gabinet Numismàtic de Catalunya, Barcelona, 2007.
La moneda antiga. XXVIII Curs de documentació
M. CAMPO, Numismàtica: Dades per a la documentació numismàtica (Museus documentació), Generalitat de Catalunya, Departament de Cultura, 1987.
Gabinet Numismàtic de Catalunya
One comment
Hola Maria
Me ha encantado esta entrada en el blog.
Muchas gracias por compartir el día-a-día del GNC.
Saludos desde Portugal