Elena Llorens
Eduard Vallès
En los libros de historia del arte catalán, Torné Esquius siempre tiene reservadas unas líneas en el capítulo dedicado al noucentisme. Y eso es así en gran medida por el impacto —y posterior irradiación— de su álbum Els dolços indrets de Catalunya, que vio la luz en Barcelona a finales de 1910 bajo los auspicios del establishment noucentista. Por la calidad con la que fue estampado en la imprenta Oliva de Vilanova i la Geltrú y por el carácter limitado del tiraje (500 ejemplares), este álbum nació con vocación de convertirse en pieza de bibliófilo, una condición de la que todavía hoy goza. Que el poeta Joan Maragall firmara su prólogo contribuyó, sin duda, a aumentar el prestigio de la obra.
¿Qué son los «dolços indrets»?
Este álbum está integrado por 39 láminas en las que hay estampados los dibujos a la tinta que Torné realizó de diferentes rincones de la geografía catalana, una delicada serie con la que el artista «inventarió» el patrimonio paisajístico y arquitectónico en sus vertientes popular y religiosa: desde calles de pueblo, interiores domésticos rurales o exteriores de masía hasta oratorios, santuarios, interiores de iglesia o cruces de término, por mencionar algunos ejemplos. Una radiografía ajustada de la Cataluña rural y católica de principios del siglo XX que, en manos de los noucentistes, acabó personificando la Cataluña ideal a que aspiraban.
Vídeo paginador de las ilustraciones del álbum, disponible en la Biblioteca del museo
¿Los «dolços indrets» son noucentistes?
A pesar de que el noucentisme no es una escuela ni un estilo artístico, siempre se ha considerado este álbum como paradigma de la estética noucentista. Hoy sabemos que Torné Esquius realizó estas delicadas tintas en los primeros años del siglo, hacia 1903 —siete años antes, por tanto, de que fueran compiladas en formato de álbum—, en pleno modernismo y cuando el término noucentisme aún no había sido acuñado por Eugeni d’Ors.
Santuario de El Carmel
¿Quién dice que los originales de los «dolços indrets» no existen…?
De siempre, los dibujos originales habían sido dados por perdidos. La investigación realizada para la exposición Torné Esquius. Poética cotidiana ha permitido localizar 15 de ellos y exponerlos por primera vez a la luz pública. Sin duda, un acontecimiento y, a la vez, una oportunidad única para poder calibrar el grado de fidelidad respecto de los originales con los que Oliva de Vilanova estampó aquel álbum.
Antigua iglesia del santuario de la Virgen de Núria (Girona)
¿Los «dolços indrets» son sitios reales?
Jardines de la masía de Can Glòria de Horta (Barcelona)
Hasta hoy, nadie había identificado estos parajes. Es más, ni tan siquiera nadie se había planteado si eran reales. Gracias a la exposición del museo y a la monografía que le acompaña, ahora sabemos que estos rincones no son fruto de la imaginación de Torné sino que trabajó sobre el terreno, reproduciendo con una fidelidad casi fotográfica la realidad que tenía ante sus ojos. Concretamente, y gracias a fotografías antiguas, se pude certificar que la pluma del artista inmortalizó el santuario del Carmel de Barcelona («dolç indret» núm. 1), la masía Can Glòria, en el barrio de Horta de Barcelona (núm. 8), el santuario de la Virgen de Núria, en el Ripollès (núm. 15), y la iglesia románica de Sant Jaume de Queralbs, también en el Ripollès (núm. 27).
Iglesia románica de Sant Jaume de Queralbs (Girona)
De la misma manera que, como comisarios de la exposición Torné Esquius. Poética cotidiana, esperamos descubrir algunas de las obras de las que aún no sabemos el paradero, también hacemos una llamada a identificar alguno de estos “dolços indrets” que nosotros no hemos sabido reconocer. Por eso, a partir de las próximas semanas, a través de la cuenta de Twitter del museo, os iremos mostrando algunos de estos dibujos para intentar, entre todos, ponerles un nombre. Lo podréis seguir con el hashtag #Dolçosindrets.
¿Os animáis?
Eduard Vallès y
Art modern i contemporani