Javier Celaya
La edición digital ofrece una gran oportunidad a los museos para que hagamos más accesibles nuestros contenidos al público. Durante la celebración del Líber en octubre en Barcelona se ha hablado mucho de publicación y distribución electrónica. En este contexto, hemos pedido a Javier Celaya unas pautas o recomendaciones para activar, en los museos, la edición digital. Lo que sigue es un extracto de su informe 12 aspectos clave en edición digital.
No hay ámbito digital en el que los museos, independientemente de su tamaño, no estén innovando: nuevas páginas web con diseño adaptativo, enriquecimiento de las visitas físicas para crear nuevas experiencias gracias a la tecnología como los “beacons”, realidad aumentada, apps personalizadas, etc.
Todas estas iniciativas delatan el interés verdadero de estas instituciones -muchas de ellas con siglos de arraigo e importancia en el devenir cultural de sus países, y de todo el mundo- por acompañar el flujo de los tiempos (digitales) en los que nos estamos viendo inmersos.
No obstante, dentro de toda esta puesta al día hay un aspecto en el que parece, sorprendentemente, no ponerse tanto énfasis. Se trata de las ediciones digitales de sus catálogos y publicaciones. Decimos sorprendentemente porque siempre han jugado un papel muy importante dentro de la estrategia de estas entidades, que cuidan mucho su elaboración y edición en todos los sentidos. Que puedan ahora también ser editados en formato digital no deja de ser una gran oportunidad para los museos de llegar a más gente de todo el mundo.
Hay buenas iniciativas en museos de todo el mundo, aunque la tendencia todavía no es mainstream. Ya en 2007 había comenzado el proyecto OSCI (Online Scholarly Catalogue Initiative) de la mano de la Fundación Getty. Este proyecto de publicación digital nació con el objetivo de ayudar a los museos a hacer la transición desde los volúmenes impresos a las publicaciones multimedia, de acceso libre y gratuito. A esta iniciativa se sumaron la Tate, el San Francisco Museum of Modern Art, Los Angeles County Museum of Art, el Smithsonian o el Instituto de Arte de Chicago, entre otros. El MET (Metropolitan Museum of Art) ofrece en su catálogo digital de ediciones la posibilidad de descargar en PDF, imprimir a demanda o leer en línea. En España, la Fundación Juan March, con el proyecto “Todos nuestros catálogos de arte desde 1973” ofrece no solo sus contenidos en un soporte más ágil y funcional, sino que constituye un repositorio digital organizado, con un sistema de navegación avanzada y de búsqueda interconectada en todo su portal y en cada catálogo.
12 aspectos clave de la edición digital
Con el fin de ayudar a los responsables de esta tarea en los museos, hemos desarrollado 12 aspectos clave a tener en cuenta por todas aquellas instituciones que se decidan a dar el paso o a profundizar en la edición digital de sus contenidos.
- Digitalización más allá del PDF: el primer paso es decidir qué contenidos se quieren digitalizar (fondos, nuevos catálogos, publicaciones periódicas). Algunas instituciones han comenzado dando los primeros pasos con los fondos antiguos, por lo general en PDF. Entre ellas podemos citar la Biblioteca digital del Museo del Prado. Desgraciadamente, el formato PDF no se puede distribuir en las principales tiendas de venta de libros electrónicos como Amazon y Apple, por lo que recomendamos convertir los PDF a formato ePub.
- Decidir los formatos y establecer una política de gestión de los metadatos. Una vez decidido qué queremos digitalizar, las instituciones deben tener presente el formato ePub más adecuado (Fixed Layout, ePub2, ePub3, etc.). Todo depende de dónde se quiera comercializar los catálogos, en qué tiendas y para qué soportes (tabletas, móviles, etc.). Y gestionar bien los metadatos es clave para los buscadores y, por lo tanto, para hacer accesibles los contenidos.
- Definir estrategia de distribución. Las instituciones deben distribuir sus catálogos y publicaciones en las principales tiendas del mundo –es la ventaja de apostar por la internacionalización-; eso sí, cada una de estas plataformas tiene sus propias condiciones y particularidades.
- Tener o no tener apps. Las apps son un formato muy adecuado para los contenidos de las editoriales especializadas en arte, pero también todo un mundo en sí mismas debido a la cantidad de prestaciones. Muchos centros han comenzado desarrollando apps para sus guías, pero las posibilidades son múltiples dada la naturaleza del soporte. El Guggenheim permite descargar sus publicaciones en una app para iPad. La interactividad y el socialmobile, lo multimedia o las posibilidades de incluir gamificación hacen de las apps un formato muy versátil.
- Narrativas transmedia. Los contenidos de un museo o institución cultural pueden ser una base ideal para afrontar iniciativas transmedia, sobre todo desde un punto de vista educativo: el formato vídeo-documental, las redes sociales, unido a una app o/y un ebook pueden suponer diversas plataformas desde las que mostrar la narrativa del museo bajo la perspectiva de la participación.
- Personalización. La edición digital de catálogos puede permitir la autogestión de dicho contenido y la personalización del mismo, hasta hacer que el lector llegue a editar su propio catálogo.
- Geolocalización. Gracias de nuevo a las apps, un catálogo digital puede servir no solo para su lectura antes o después de la visita, sino también como medio durante la misma con el que conectar con el museo gracias a tecnologías como los beacons.
- Remix. Una de las posibilidades que ha traído el formato digital es el de la fragmentación de contenido, abriendo la posibilidad a que los lectores puedan editar su propio contenido a partir de diferentes publicaciones.
- Micropago y pago por consumo. Del mismo modo que el editor puede optar por un modelo remix de sus contenidos, también puede hacer que los lectores compren capítulos o artículos/ensayos sueltos de los catálogos, o bien, en aquellos casos en los que se opte por la lectura online, intentar un modelo de pago por consumo.
- Audioguías que complementan el catálogo. Muchos museos están buscando formas diferentes de ofrecer los contenidos de los catálogos en formato audioguía que los visitantes se puedan llevar al finalizar la visita, como el modelo Seebook y Nubart de Digital tangible. El uso generalizado de los smartphones ha abierto nuevas posibilidades a la hora de diseñar y crear audioguías (que en realidad ya no se limitan necesariamente a ser solo “audio”), permitiendo nuevos enfoques para cada caso.
- Crowdfunding. Las campañas para el multimecenazgo no sirven sólo para financiar proyectos como los que hemos visto en algunos casos en los que se han conseguido obras o restauraciones -y como podría ser en el caso de un catálogo especialmente costoso-, sino también para crear un terreno propicio para la relación e inclusión de los visitantes y amigos del museo con los proyectos de la institución.
- Definición de la estrategia de precios de los catálogos y publicaciones. Antes de iniciar cualquiera de los anteriores puntos, lo primero es diseñar una estrategia para no estar cambiando de idea cada vez que aparece una nueva tecnología. El MOMA (Museum of Modern Art) ofrece un amplio catálogo de eBooks en venta.
Sabemos de la importancia y tono, en ocasiones académico y de erudición, que le otorgan algunas instituciones a los catálogos, pero no por eso deben tener miedo a intentar adaptarse a los nuevos medios, del mismo modo que ya lo hacen a la hora de experimentar con las nuevas tecnologías para atraer a nuevos visitantes, así como para ofrecer nuevas experiencias a sus usuarios.
Javier Celaya
Fundador de Dosdoce.com
Enlaces recomendados:
Génesis y proceso de los catálogos digitales en la Fundación Juan March
12 aspectos clave en la edición digital de los catálogos de los museos, Dosdoce
Anuario AC/E de Cultura Digital: Modelos de negocio culturales en Internet, 2015
The Guggenheim Puts 109 Free Modern Art Books Online
OSCI toolkit, herramienta de edición digital de código abierto desarrollada por el IMA (Indianapolis Museum of Art)