Montse Gumà y Sandra Esteban
con la colaboración de Marta Mérida
Durante la Guerra Civil, el Palacio Nacional se desaloja y las obras se trasladan a Olot y Darnius. Algunas piezas, en 1937 viajan a París para formar parte de una exposición de arte medieval catalán. Acabado el conflicto, en el año 1939, vuelven a su lugar de procedencia. En la planta baja del Palacio vuelven las obras de arte románico, gótico, del Renacimiento y del Barroco.
A causa de los desperfectos que sufrió la cubierta del edificio durante la guerra, se consideró desalojar la colección de pintura y escultura de los siglos XIX y XX, que tenia que ocupar de nuevo la planta alta. Se trasladó a la Ciudadela. Entonces se inició la gradual degradación del edificio, el cual, a pesar de alguna reforma en los años 60, 70 y 80, se fue deteriorando.
En 1966 se instala el Museo de Creámica en el primer piso y se reforma en 1979, en 1973 se abre una nueva presentación de la colección de románico, en 1981 cambia la instalación de gótico y en 1986, la de Renacimiento y Barroco. A este proceso de degradación del edificio se le añadió la incertidumbre sobre el futuro del museo.
En mayo de 1985 se aprueba el Plan de museos de la ciudad de Barcelona de Lluís Domènech, que consolidaba el Palacio Nacional como sede del gran museo de arte catalán que ya había sido durante los años treinta.
En 1985 se encarga a la arquitecto Gae Aulenti el proyecto de remodelación del Palacio Nacional y a Joan Sureda el proyecto museológico. El anteproyecto y proyecto básico arquitectónico de Gae Aulenti y Enric Steegman plantea algunas polémicas que muchos recordamos: el uso de la Sala Oval para situar cubículos con algunas pinturas representativas, el derribo de las escaleras de honor, la instalación de un estaño en la misma Sala Oval… El 6 de junio de 1990 se inicia la primera fase de obras de rehabilitación del Palacio Nacional.
Después de dos años cerrado, en julio de 1992, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Barcelona, el Palacio Nacional vuelve a abrir sus puertas al público: se muestra la rehabilitación de la Sala Oval, acompañada de la consolidación y adecuación estructural parcial del edificio, y de la rehabilitación de dos salas que alojan dos exposiciones temporales: la Prefiguració del Museu Nacional d’Art de Catalunya y la Col·lecció Raimon Casellas. Entonces, mejoraron los accesos al edificio, con la construcción de las escaleras mecánicas, y el entorno, con el ajardinamiento de algunas áreas y un aparcamiento.
En diciembre de 1995, la reinstalación de la Colección de Arte Románico supone la reapertura del museo al público. El proyecto museológico básicamente era cronológico y estilístico. Obras de diferentes técnicas ilustraban la evolución del estilo desde el siglo XI hasta el XIII en Cataluña. El discurso se enriquecía con ámbitos específicos que explicaban aspectos técnicos, formales e iconográficos.
En julio de 1997, con la inauguración de la nueva presentación de la Colección de Arte Gótico, cerrada al público desde 1990, se completa la adecuación de la planta baja del edificio y la apertura al público de la colección de arte medieval del museo. En el espacio, se incluye también el arte del Renacimiento, que cerraba la exposición permanente entonces. El discurso museológico, condicionado por la formación de la colección, responde a la voluntad de mostrar la expresión artística catalana y de los territorios más relacionados culturalmente con Cataluña.
En marzo de 2002, comienzan las obras de arquitectura y museografía dirigidas por Gae Aulenti y Josep Benedito, que tienen que culminar la rehabilitación del edificio y la adecuación de toda la planta primera para acoger el arte barroco y el arte moderno, y la parte destinada a las futuras oficinas del museo.
En diciembre de 2004 finalizan las obras de acondicionamiento del Palacio Nacional. Se trasladan e instalan el Gabinete Numismático de Cataluña, la Biblioteca General de Historia del Arte y las Colecciones de Arte Moderno, hasta entonces en el Palacio de la Virreina, en el convento de los Ángeles y en el Parque de la Ciudadela, respectivamente. En este momento, el fondo patrimonial del museo comprende todas las artes: escultura, pintura, artes del objeto, numismática y medallística, dibujos, grabados, carteles y fotografía, y las colecciones configuran un discurso museológico global del arte catalán, desde las primeras manifestaciones del románico hasta los años cuarenta del siglo XX, o hasta nuestros días con respecto a la fotografía. Además, lo compara con el arte internacional siempre que las colecciones lo permiten. Destaca también la presentación del conjunto de 50 paneles de la sala de baile de la residencia de sir Philip Sassoon, en Park Lane (Londres), obra de Josep Maria Sert, en una pequeña sala anexa a la Sala Oval. Es entonces cuando las oficinas se instalan también en el edificio del Palacio Nacional.
En mayo de 2010 se inaugura una nueva remodelación de la Sala de Arte Gótico. En aquel momento fuimos pioneros en el Estado español en utilizar detectores de presencia para el control lumínico.
En junio de 2011 se inaugura la remodelación de la Sala de Arte Románico.
En 2013, le tocó el turno al vestíbulo, para mejorar la acogida de los visitantes, que, de esta manera, ganaron un nuevo espacio hasta entonces nunca abierto al público: las Terrazas-mirador, que ofrecen una panorámica de 360º sobre la ciudad de Barcelona y descubre lugares y detalles arquitectónicos del Palacio hasta entonces desconocidos.
La última parada en este largo recorrido por el Palacio Nacional, cargado de historia, de vicisitudes y de vivencias, es en septiembre de 2014, cuando se renuevan los espacios de la primera planta para acoger la colección de arte moderno. Se aprovecha para instalar medidas de ahorro energético: iluminación LED, un sistema de iluminación alternativo para cuando las salas no están abiertas al público para poder realizar los trabajos de mantenimiento, limpieza y vigilancia con la luz mínima indispensable, y detectores de presencia, entre otras medidas. A la vez, estas medidas y un sistema de gestión energética se han instalado en el resto de salas del museo. Algunas cifras de esta última renovación: 4.000 m2 de exposición, 2.000 obras se han movido a lo largo del proceso, entre obras que han cambiado de lugar, nuevas adquisiciones, obras que han salido de las reservas y obras que han vuelto, + de 1.350 obras expuestas, 260 artistas, 4 ámbitos (distribuidos en 31 apartados) y 1 epílogo.
Pero no nos paramos aquí y a mediados del próximo año seguiremos este camino hacia lograr la sostenibilidad de este gran edificio que ya forma parte de la iconografía de Barcelona y de nuestra historia más inmediata. Tenemos previsto remodelar la presentación de arte del Renacimiento y barroco e instalar esta serie de medidas encaminadas al ahorro energético y al cuidado del medio ambiente.
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