El «Hotel Colón». La historia detrás de una instantánea de Antoni Campañà

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Yolanda Ruiz y Sandra Herrera

Hasta el 18 de julio de 2021 se puede visitar en el museo la exposición La guerra infinita de Antoni Campañà. La muestra reúne algunas de las imágenes que el fotógrafo hizo durante la Guerra Civil española y que la familia encontró fortuitamente en 2018 en una «caja roja», donde habían permanecido ocultas por el artista mismo.

Antoni Campañà es el autor de una imagen icónica en la que aparece la fachada del «Hotel Colón» con los retratos de Lenin y Stalin bajo una pancarta del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC).

Antoni Campañà. El "Hotel Colón" de la plaza Cataluña, sede del PSUC durante la Guerra Civil, 1936.Fuente: La Capsa vermella
Antoni Campañà. El «Hotel Colón» de la plaza Cataluña, sede del PSUC durante la Guerra Civil, 1936. Fuente: La Capsa vermella

El «Hotel Colón», hoy desaparecido, estaba situado en la plaza de Catalunya esquina paseo de Gracia. Símbolo indiscutible del centro urbano barcelonés, fue testigo y protagonista de los tiempos convulsos de la Guerra Civil. Durante el golpe de estado de julio de 1936, los insurrectos tomaron el control de varios puntos de la ciudad de Barcelona y el hotel fue uno de los lugares donde lograron atrincherarse.

El instante que Campañà captó con su cámara es sólo uno de los momentos que el hotel contempló desde su privilegiada ubicación. Pero hubo más. A pesar de que no llegó a los cincuenta años de vida, el «Hotel Colón» experimentó diversas transformaciones, tanto estructurales como funcionales. Asimismo, su céntrica localización lo vinculó estrechamente a la historia de la ciudad. Ponemos el punto de mira, como lo hizo Campañà hace ochenta y cinco años, en la plaza de Cataluña y enfocamos hacia el Hotel Colón para repasar la historia de este singular edificio.

Plaza de Cataluña (1905). Fondo de postales Legado Matas-Ramis de la Biblioteca Joaquim Folch y Torres
Plaza de Cataluña (1905). Fondo de postales Legado Matas-Ramis de la Biblioteca Joaquim Folch i Torres

El “Gran Cafè siglo XIX” (1888-1895)

A comienzo de 1888, las Ramblas perdieron la relevancia que hasta entonces habían disfrutado. Los grandes cafés que se habían instalado habían ido cerrando poco a poco y la plaza de Cataluña se convirtió en el objetivo de los grandes hosteleros de la época.

La edificación de viviendas y espacios de recreo llevó a Artur Vilaseca, miembro de una familia de hosteleros, a negociar con Manel Gibert la cesión del espacio ocupado por el jardín privado de la Casa Gibert para la construcción de una cafetería. La ubicación era perfecta: plaza de Catalunya esquina Ronda Universidad, cerca de otros locales de ocio de la zona, como el Teatre Principal y el Café Delicias, situado en los bajos del teatro.

Casa Gibert en la plaza de Catalunya. Fondo de postales Legado Matas-Ramis de la Biblioteca Joaquim Folch y Torres
Casa Gibert en la plaza de Catalunya. Fondo de postales Legado Matas-Ramis de la Biblioteca Joaquim Folch i Torres

El nombre elegido para la cafetería de Vilaseca fue el «Gran Café siglo XIX», pero rápidamente se la conoció con el apodo de «La Pajarera» o «La Jaula» debido al aspecto que le confería la estructura de madera recubierta de cristales. Como curiosidad, la aparente fragilidad que le daban los ventanales fue la causa de que ninguna compañía de seguros quisiera dar cobertura al establecimiento. Sin embargo, esto no fue un problema porque el mes de mayo de 1888 se inaugurara el «Gran Café siglo XIX» coincidiendo con la Exposición Universal celebrada en Barcelona.

Exterior e interior de “La Pajarera”. Fuente: Blog Barcelofília

Esta cafetería, de planta rectangular y con capacidad para setecientas personas, se convirtió en el lugar de encuentro de las personalidades de la época: políticos, escritores, científicos y artistas encontraron aquí un espacio para sus tertulias. Era habitual ver, por ejemplo, a Lluís Domènech i Montaner, al Dr. Robert o al compositor Amadeu Vives; incluso a Santiago Ramón y Cajal frecuentó el establecimiento. El ganador del Premio Nobel de Medicina de 1906 asistió con asiduidad al Café durante los cinco años que residió en Barcelona mientras ocupaba la cátedra de Histología de la Universidad de Barcelona. Dejó constancia en sus memorias de las agradables ratos que pudo disfrutar en «La Pajarera».

“Gran Cafè-Restaurante Colón” (1897-1902)

La reordenación urbanística de la plaza de Cataluña en 1895 hizo que desaparecieran las últimas construcciones de la céntrica plaza y el popular «Gran Café siglo XIX» se trasladó a una nueva ubicación.

Artur Vilaseca, asociado con Ramon Pou i Riu, el «americanu», reabrió «La Pajarera» en la Ronda Universidad y el nombre elegido para el nuevo establecimiento fue la «Nueva Jaula». El nuevo local, a pesar de querer conservar la esencia del local original, no alcanzó el éxito esperado y los propietarios se plantearon volver a la plaza de Cataluña.

Vilaseca y Pou se hicieron con unos terrenos, propiedad de los marqueses de Monsolís, situados en la parte noroeste de la plaza de Cataluña. En esta parcela se habían edificado la Casa Pallejà y dos viviendas más, propiedad del político Josep Ferrer i Vidal. Los nuevos propietarios del suelo las derribaron con el objetivo de edificar el «Gran Café-Restaurante Colón».

Fachada del “Gran Café-Restaurante Colón”. Fuente: Blog Mueble de Viena; y Fachada del “Gran Café-Restaurante Colón”, Fondo de postales Legado Matas-Ramis de la Biblioteca Joaquim Folch i Torres

Contactaron con el arquitecto Francesc Rogent, hijo del también arquitecto Elies Rogent, para encargarle el proyecto de construcción del edificio que acogería el «Café-Restaurante Colón». La construcción ideada por Rogent tenía un claro estilo modernista y, al mismo tiempo, quería ser un homenaje al «Gran Café siglo XIX». Emulaba su estructura de madera con grandes ventanales de colores que, gracias a su orientación, creaban un juego de luces en el interior que hizo que se hablara de ello incluso en la prensa de la época. En el diario La Renaixensa del 28 de mayo de 1897 se publicó una crónica de la inauguración del nuevo establecimiento en la que se hacía referencia al magnífico interior de dos plantas, sus salas y el ambiente luminoso creado por los grandes vitrales.

Diari La Publicidad
Inauguración del “Gran Café-Restaurante Colón”. Diario La Publicidad (25 de mayo de 1897). Fuente: ARCA

El edificio disponía de tres accesos: la entrada principal en la misma plaza de Cataluña, el segundo desde el paseo de Gracia y el tercero, en el chaflán donde confluían las dos vías. En la planta baja del edificio, a la derecha de la puerta principal, estaba el salón del café y a mano izquierda se podía acceder a la Academia de billar y al salón del restaurante.

El salón del café contaba con unas dimensiones que le permitían acomodar ciento treinta mesas. El centro del salón estaba presidido por un pequeño escenario destinado a los músicos y, justo encima, una gran claraboya de la que colgaba una imponente lámpara dorada con cincuenta lámparas de gas. Este espacio se convirtió en el lugar perfecto para disfrutar de una buena tertulia tomando un café acompañado de unas gotas de licores.

Interior del saló del “Gran Cafè”. Imatge extreta de: Souvenir Gran Hôtel Colón. Fons: Biblioteca Joaquim Folch i Torres
Interior del salón del “Gran Café”. Imagen extraída de: Souvenir Gran Hôtel Colón. Fondo: Biblioteca Joaquim Folch i Torres

La Academia de billar, situada en la planta baja, tenía en el centro de la sala una fantástica mesa de billar rodeada de una grada de madera y mesas de café que facilitaban la visión de las partidas al público asistente. Los aficionados al billar tenían la oportunidad de continuar con las partidas en el primer piso del establecimiento, que ponía a disposición de los asistentes veintisiete mesas con todas las comodidades, además de otras opciones de recreo como son mesas de «tresillo» y de dominó.

Acadèmia de billar. Font: Blog Barcelofília
Academia de billar. Fuente: Blog Barcelofília

“Gran Hotel Colón” (1902-1916)

La transformación del «Café-Restaurante Colón» en «Gran Hotel Colón» tuvo lugar en 1902. Artur Vilaseca y Ramon Pou contactaron con el arquitecto Andreu Audet para diseñar un suntuoso hotel de dos plantas que llegaría a ser considerado uno de los hoteles más lujosos y relevantes de la Europa de principios del siglo XX. La decoración de todo el hotel lo hizo destacar entre los establecimientos europeos por su delicada ornamentación modernista y art decó.

Vista general del “Gran Hotel Colón”. Imatge extreta de: Souvenir Gran Hôtel Colón. Fons: Biblioteca Joaquim Folch i Torres
Vista general del “Gran Hotel Colón”. Imagen extraída de: Souvenir Gran Hôtel Colón. Fondo: Biblioteca Joaquim Folch i Torres

La estructura diseñada por Audet acabó convirtiéndose en un edificio completamente modernista donde destacaba el torreón que remataba la cúpula de la esquina del Paseo de Gracia. Encima de la puerta principal, que seguía ubicada en la plaza de Cataluña, se construyeron unas tribunas de hierro fundido y vidrio que cubrían la primera y la segunda planta del hotel.

El primer piso se derribó completamente y se levantaron dos plantas con un conjunto de estancias y espacios de recreo: 60 habitaciones (las más lujosas incluían baño privado), varias salas de lectura y música, servicio de peluquería y una cámara oscura para revelar fotografías.

Peluquería y Salón de lectura. Imágenes de: Souvenir Gran Hôtel Colón. Fondo: Biblioteca Joaquim Folch i Torres

La reforma respetó la planta baja, donde estaba el «Gran Café» y donde se había ubicado la Academia de billar se instaló un lujoso restaurante con una magnífica decoración, de la que destacaban unos grandes paneles al fresco que representaban escenas de caza de la diosa Diana. A pesar de las amplias dimensiones del salón restaurante, se colocaron sólo treinta mesas para que los aproximadamente cincuenta comensales pudieran disfrutar cómodamente en un espacio nada apretado. Además, el restaurante contaba con un reservado pensado para otras cincuenta personas.

Saló del restaurant del “Gran Cafè”. Imatge extreta de Souvenir Gran Hôtel Colón. Fons Biblioteca Joaquim Folch i Torres
Salón del restaurante del “Gran Café”. Imagen extraída de: Souvenir Gran Hôtel Colón. Fondo: Biblioteca Joaquim Folch i Torres

En el Café no se hizo ninguna reforma, la única novedad fue una gran terraza exterior para poder disfrutar de la magnífica ubicación.

El hotel ponía a disposición de sus distinguidos clientes todo un conjunto de servicios que lo elevaron a la categoría de lujo. Se podían alquilar coches de alta gama o, incluso, había un servicio de góndolas en el puerto de Barcelona para los clientes que llegaban a la ciudad por mar. Todo esto se propagó entre personalidades de toda Europa y aumentó el número de solicitudes para alojarse en sus habitaciones.

Algunos miembros de la realeza europea e internacional como por ejemplo el futuro Rey Cristián X de Dinamarca, el príncipe Guillermo de Prusia e, incluso, el heredero del trono japonés, el príncipe Kuni Kuniyoshi se alojaron en el hotel pasando desapercibidos entre los barceloneses. Por el contrario, la visita de la Infanta Isabel, que se prolongó durante una semana, fue del todo solemne tal y como lo relató la crónica de La Vanguardia del 15 de julio de 1912.

“Hotel Colón” (1918-1941) 

En 1918, el hotel se reinauguró después de una nueva reforma y ampliación a cargo del arquitecto  Enric Sagnier y de su hijo. El resultado fue un imponente edificio de seis plantas que transformó completamente el aspecto exterior, pasando de tener una fachada modernista a una plenamente novecentista.

Exterior “Hotel Colón”. Fondo de postales Legado Matas-Ramis de la Biblioteca Joaquim Folch i Torres

La reforma implicó que el hotel pasara exclusivamente a manos de Ramon Pou, ya que Artur Vilaseca no pudo sufragar las costosas obras, dado que los cimientos de la antigua construcción eran insuficientes para soportar la nueva altura del edificio.

El nuevo propietario también tuvo que hacer frente a dificultades financieras y, por este motivo, decidió subarrendar los bajos del edificio. Sin embargo, Pou no logró superar los problemas económicos y en 1924 se vendió el hotel a una sociedad anónima formada por Lluís Plandiura, Ignacio Coll, José Ramón y Pascual y Miquel Regàs. Este último fue el gerente hasta 1925 y, bajo su dirección, el hotel vivió momentos históricos como la inauguración de la primera emisora ​​de radio del Estado español en 1924.

Sala de bateries de la cúpula de l’”Hotel Colón”.  Destino (núm. 386, 9/12/1944, p. 6). Font: ARCA
Sala de baterías de la cúpula del ”Hotel Colón”.  Destino (núm. 386, 9/12/1944, p. 6). Fuente: ARCA

Esta emisora, inicialmente bautizada como EAJ-1, sería conocida como Radio Barcelona. La sala de baterías estaba ubicada dentro de la gran cúpula que coronaba el edificio y la primera voz que viajó a través de las ondas fue la de la locutora María Sabater.

Carta de la ràdio. Fons Biblioteca Joaquim Folch i Torres
Carta de la radio. Fondo: Biblioteca Joaquim Folch i Torres

En 1929 Rossend Ribas fue nombrado director y bajo su gestión el hotel vivió una época dorada. Se convirtió en el punto de encuentro de diversas tertulias que se repartían entre la terraza, el café, el bar americano y la brasserie.

La terraza era el espacio donde se reunía la peña fundada por Sebastià Gasch, Lluís Montanyà, Manel Font y Víctor Sabater, integrada por J.V. Foix, Salvador Dalí y Àngel Ferrant, y en la que se añadió Federico García Lorca cuando llegó a la ciudad.

La brasserie era el lugar de reunión de la «Peña de los Juegos». Estaba integrada, entre otros, por Narcís Oller, Joan Maria Guasch, Eduard Toda y Joaquim Cabot. También se reunía el grupo de Josep Maria Segarra.

La peña presidida por Lluís Plandiura se encontraba cada sábado para comer en el bar del hotel. Era conocida genéricamente como «Los artistas» y también con el apodo de «La voz de su amo», porque se decía que ninguno de sus componentes (Xavier Nogués, Joan Borrell, Josep Dunyach, Francesc Labarta, Frederic Mompou, etc. ) se atrevía nunca a llevar la contraria a Plandiura.

A todos estos espacios se sumó una taberna andaluza, inaugurada el 15 de junio de 1929, que tuvo un gran éxito desde el principio y que vivió el momento de máximo esplendor entre los años 1929 y 1931. El local estaba decorado bajo la dirección artística de Oleguer Junyent.

Anunci a La Vanguardia (2361929), Font Hemeroteca La Vanguardia
Anuncio en La Vanguardia (23/6/1929), Fuente: Hemeroteca La Vanguardia

En esta última etapa el hotel acogió visitantes ilustres como por ejemplo Albert Einstein en 1923, el boxeador Paulino Uzkudun en 1926, Manuel Azaña (en varias ocasiones entre 1932 y 1934) o Winston Churchill en 1935.

El final de un hotel…

La tarde del 18 de julio de 1936, entre 15 y 20 jóvenes se alojaron en varias habitaciones con balcones a la plaza de Cataluña. Allí dejaron sus maletas que iban llenas de cascos, ametralladoras y bombas de mano.

De madrugada, los jóvenes recibieron la orden de actuar, y en pocos minutos las explosiones y los disparos sacudían el hotel. Los militares golpistas se hicieron fuertes hasta que fueron reducidos y encarcelados por las fuerzas leales a la República.

Días después, el edificio fue confiscado por la Unión General de Trabajadores (UGT) y se convirtió en la sede del Comité Ejecutivo de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y en uno de los locales principales del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC ).

A lo largo de los tres años de contienda bélica, de la fachada del hotel colgaron proclamas revolucionarias y los retratos de Lenin y Stalin. Durante los últimos meses de la Guerra Civil, el hotel lució carteles del Casal Nacional de la Juventud en la fachada. En 1939, finalizada la guerra, el hotel de lujo que un día había sido adornado con pancartas socialistas, ahora quedaba engalanado con motivos falangistas. Este momento también fue recogido por Antoni Campañà en una de sus fotografías.

Antoni Campañà. El ’”Hotel Colón” con cartel·les  de “Viva Italia, Duce, Duce, Duce” i 
“Arriba España, Franco, Franco. Franco”, 1939-1940. Imagen extraída de: La Capsa vermella. Fondo: Biblioteca Joaquim Folch i Torres
Antoni Campañà. El ’”Hotel Colón” con carteles de “Viva Italia, Duce, Duce, Duce” i
“Arriba España, Franco, Franco. Franco”, 1939-1940. Imagen extraída de: La Capsa vermella. Fondo: Biblioteca Joaquim Folch i Torres

El Hotel Colón no volvió a abrir sus puertas. Las autoridades franquistas lo derribaron y en su lugar se construyó un edificio nuevo de estilo neoclásico, obra del arquitecto Eusebi Bona i Puig, que durante años fue la sede del Banco Español de Crédito.

Construcció Banco Español de Crédito. Fons de postals Llegat Matas-Ramis de la Biblioteca Joaquim Folch i Torres
Construcción del Banco Español de Crédito. Fondo de postales Legado Matas-Ramis de la Biblioteca Joaquim Folch i Torres

Si quieres saber más detalles de la historia del desaparecido «Hotel Colón», no dudes en venir a la Biblioteca Joaquim Folch i Torres donde podrás consultar el material gráfico que os hemos mostrado en esta entrada.

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One comment

  • Juli Bou dice:

    Hola

    Creo que tenéis algún error en la historia del hotel colón entre 1925 y 1936.
    Por ejemplo. Los miembros de la Sociedad eran 6 y no cuatro, agrupados en dos grupos de inversores.
    Regas sólo estuvo un año como director, por desavenencias con el consejo de accionistas, a pesar de ser protegido por Plandiura
    Rossend Ribas llevaba la restauración no el hotel.
    Os faltan muchas celebridades y anécdotas , como las tertulias de García Lorca y Dalí, los discursos de Azaña desde las terrazas, la reunión cena de Companys, Azaña e I Prieto, la vista de W Churchill. que dejó el Ritz para trasladarse al Colón. Jacinto Benavente que estaba en el hotel al estallar la guerra civil, el portero Wladimir., el Gai Saber, las estancias de Madame Courie, María Guerrero, Rodrigo Soriano, Lerroux, Pich y Pon,…

    quedo a vuestra disposición por si necesitáis que os envíe más información

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