Ferran Pérez y Xavier Abelló
En noviembre de 2020 el Parlamento Europeo declaró la emergencia climática y, un mes más tarde, la presidenta de la Comisión Europea presentó el Green Deal o Pacto Verde de la Unión Europea, que debe convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro en el año 2050.
Este pacto tiene como objetivos que Europa disponga de una economía limpia con cero emisiones, proteger nuestro hábitat natural y liderar la acción climática en todo el planeta. Para alcanzarlos es necesario abordar un cambio del modelo social y económico que permita la transición hacia una economía plenamente sostenible.
El Pacto Verde incluye acciones para impulsar el uso eficiente de los recursos que comprenden todos los sectores de la economía, especialmente aquellos que producen más emisiones: el transporte, la energía y la industria.
Se calcula una inversión anual de 260.000 millones de euros anuales para cumplir, en el año 2030, la reducción del 50% de las emisiones respecto a 1990, llegando a las cero emisiones de gases de efecto invernadero en 2050.
El primer campo de actuación es el energético, puesto que la producción y la utilización de la energía suponen el 75% de las emisiones. Los objetivos principales son las tres D: la descarbonización, sustituyendo la producción de energía a partir de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) por energías limpias y renovables; la descentralización, apostando por la producción de proximidad y el autoconsumo para eliminar las pérdidas provocadas por el transporte de la energía, y la digitalización, utilizando la tecnología y las herramientas de gestión para mejorar la eficiencia y adaptar el consumo a las necesidades reales.
En cuanto a la industria, es necesario estimular la producción circular para llegar a las cero emisiones, ya que actualmente aporta un 20% de las emisiones y solo emplea un 12% de materiales reciclados. También se espera una transformación de la producción alimentaria reduciendo el uso de pesticidas y aumentando el cultivo y la ganadería orgánicos.
El tercer caballo de batalla es la movilidad. El transporte supone el 25% de las emisiones de la UE. Para promover un transporte más limpio, eficiente y sano, tendrán que finalizar las ayudas a los combustibles fósiles y se deberá fomentar decididamente el desarrollo de alternativas.
Finalmente, deberán promoverse medidas para proteger la biodiversidad y los ecosistemas, mejorando la calidad de bosques y océanos e incrementando la biodiversidad en los espacios urbanos.
Para la consecución de este ambicioso proyecto es imprescindible una actuación proactiva, ejemplificadora y dinamizadora del sector público que facilite la adhesión del sector privado.
En esta línea, en mayo de 2021 el Congreso de los Diputados aprobó la Ley de cambio climático y transición energética, que traspone y mejora los objetivos planteados por la UE.
Por su parte, el Museu Nacional d’Art de Catalunya entendió la situación de emergencia climática y asumió su responsabilidad introduciendo la sostenibilidad en su estrategia. En 2010 fue pionero en la implantación en el sector museístico de un sistema de gestión ambiental y alcanzó las certificaciones ambientales ISO 14.001 y EMAS en 2011 y 2012, respectivamente, con el objetivo de reducir su impacto y emprender la transición hacia una actividad museística sostenible. Asimismo, en 2019, a través de la empresa mantenedora Sacyr Facilities, implantó en el edificio un sistema de gestión energética ISO 50.001.
Si comparamos los datos obtenidos en el período 2009-2019, antes de la pandemia, en un decenio el Museu Nacional logró disminuir las emisiones de CO2 un 63% y redujo el consumo energético un 48% con medidas de racionalización y optimización de las instalaciones y aplicación de buenas prácticas ambientales.
Asimismo, el Museu Nacional ha normalizado la introducción de criterios ambientales en la contratación de bienes y servicios, con especial atención al origen de las materias primas, la reutilización de los materiales y la gestión de los residuos. Además, fomenta y facilita la revisión ambiental de los proyectos que promueve y desarrolla, proponiendo alternativas sostenibles que reduzcan su impacto e impliquen a todas las áreas del museo en un objetivo que es común y transversal.
En la web del Museu Nacional podemos encontrar la Declaración ambiental de 2020, que recoge la diagnosis y el plan de acción anual del museo, basado en la difusión ambiental, la prevención de la contaminación y la mejora contínua.
Para saber más:
Política de turismo sostenible
Responsabilidad social y ambiental del Museu Nacional