ANDARTE, Ana María Marín Gálvez y Teresa González
Presentación de la maqueta táctil.
Teresa González
Antes de dar voz a Ana Maria Marín y a Andarte, me gustaría poner en contexto esta actuación haciendo una declaración de intenciones que defina lo que es para mí una sociedad inclusiva.
En mi opinión, una sociedad inclusiva es aquella que entiende que la cultura es un derecho fundamental de las personas y actúa para alcanzar esta meta. En este sentido, cuando hablamos del derecho a la cultura nos referimos al derecho de todas las personas a participar en la vida cultural en igualdad de condiciones, independientemente de su situación personal, sea ésta o no transitoria. Por tanto, una sociedad inclusiva la entiendo como aquella que actúa para derribar las barreras, que pueden ser de muchos tipos (físicas, sensoriales, intelectuales, económicas, emocionales, culturales, geográficas, de contexto vital…), que obstaculizan el acceso a la cultura.
Nuestra apuesta por la accesibilidad y la inclusión viene de lejos y se ha ido consolidando gracias al trabajo que estamos llevando a cabo con personas y colectivos con diversidad funcional, con trastorno mental, diversidad cognitiva… lo que nos ha permitido sentar las bases y desarrollar metodologías que garanticen que el museo se convierta en un entorno cada vez menos excluyente.
Ahora, y gracias a la ayuda europea del programa Arte por la Inclusión INTERREG-POCTEFA/ARTIS 2014-2020, el museo da un paso más para garantizar el derecho a la participación cultural de las personas que tienen alguna discapacidad sensorial.
Presentación de la maqueta táctil al Focus Grup de personas con discapacidad sensorial de la empresa Tactile. Foto: Marta Mérida
ANDARTE y Ana María Marín Gálvez
En mayo de 2021 el Museu Nacional d’Art de Catalunya encargó la confección de la maqueta táctil de su edificio, el Palau Nacional, un proyecto que figura entre los cofinanciados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional en el marco del Programa INTERREG-POCTEFA 2014-2020 (proyecto ARTIS 358/19, de arte para la inclusión social).
Entre las propuestas para elaborar esta maqueta, la de la escultora Ana María Marín Gálvez fue la designada. La artista, además de su trabajo como escultora, grabadora y especialista en vidrio, se dedica profesionalmente a la interpretación táctil del patrimonio cultural, con una trayectoria de más de quince años en el medio. Entre sus trabajos destacan, por ejemplo, las maquetas táctiles del Palau Güell, la Pedrera, el Monasterio de Pedralbes o el Science Museum de Londres, entre otros.
Ana Ma. Martín Gálvez proceso de trabajo. ©Arnau Vilalta Marín
Sobre esta labor, Ana María Marín comenta: «La escultura, como objeto tridimensional, no solo sirve para iniciar una actividad contemplativa, sino que también resulta un objeto de conocimiento empírico por el hecho de que puede tocarse, y ofrece la percepción de la forma, la textura y la temperatura tanto a aquellas personas que no disponen del sentido de la vista como a las que quieren experimentar el sentido del tacto complementando la información visual, lo que aporta también un valor inclusivo y pedagógico a cada experiencia de interpretación».
«Trabajar para colectivos como el de las personas invidentes o con otras discapacidades nos acerca al resto de la ciudadanía, que también pueden disfrutar en libertad de todos los sentidos. Toda sociedad que piensa y actúa para la inclusión de sus ciudadanos obtiene una calidad de vida y un nivel sociocultural más firmes, definidos y sostenibles que quien todavía no lo hace», asegura Marín.
Para confeccionar la maqueta táctil del Museu Nacional, Marín ha contado con la colaboración del también artista Alireza Doustani Khazali, maestro artesano en marquetería fina, docente y escultor en madera con más de cuarenta años de experiencia desarrollada entre España e Irán. Es miembro de la Honorable Confraria de Mestres Fusters de Barcelona y ha participado en varios proyectos para la Generalitat de Catalunya.
Alireza Doustani Khazali proceso de trabajo. ©Archivo Ana Ma. Martín Gálvez
Entre las personas clave en la concreción de este proyecto, tanto Ana María Martín como Alireza Doustani destacan la participación de Xisca Rigo, técnica de accesibilidad desde la perspectiva del usuario. Rigo está vinculada al ámbito de la accesibilidad cultural y es miembro y secretaria de la Asociación de Profesionales de la Accesibilidad Universal (ASEPAU). Se ha contado también con el apoyo de la Asociación Catalana para la Integración de las Personas Ciegas (ACIC), representada en este caso por Txell Aymerich.
Visita al taller de Ana Maria Marín con Xisca Rigo y Txell Aymerich consultoras en accesibilidad sensorial. Foto: Teresa González
Algunos detalles sobre la confección de la maqueta táctil del Museu Nacional
Tal y como explica Ana María Marín Gálvez, otorgar una mayor accesibilidad a los bienes culturales es un trabajo que requiere dedicación, pasión y conocimiento. En el caso de la interpretación táctil del patrimonio hay que prestar atención a cómo se eligen los materiales para que respondan de la manera más fiel posible a la temperatura, la forma y la textura, para aproximar a la persona con alguna disfunción visual al objeto original con el objetivo que lo comprenda.
Maqueta táctil, proceso de trabajo. ©Arnau Vilalta Marín
Para que una persona invidente pueda explorar una maqueta es idóneo que esta no sea mayor de lo que puede alcanzar con los dos brazos extendidos: así se podrá hacer una idea de la proporción del todo y de las partes.
En este caso, la maqueta táctil está hecha a escala 1:168 y mide 100 x 100 x 50 cm. Elaborada casi exclusivamente en madera de haya, se cortó a mano con sierra de pelo e incorpora otros materiales como vidrio y terracota. Los detalles de las puertas y ventanas se trabajaron con marquetería para resaltar sus relieves.
Este artículo ha sido publicado en la web de la asociación ANDARTE.
