Conxa Rodà
Cuando en 2009, entonces en el Museo Picasso, recibí la propuesta de pensar el programa académico para un nuevo Postgrado de Museus, lo primero que hice, como al empezar cualquier proyecto, fue efectuar una prospectiva de la oferta existente.
Buscando la singularidad
Existen diversos másters y postgrados de museos y de patrimonio y en diversas universidades del país. Analizados los contenidos, vi que había un resquicio por dónde encontrar la diferenciación. Me refiero a la aplicabilidad práctica. La mayoría de los existentes adoptaban un punto de vista teórico y académico. Valorándolo con el director del museo, Pepe Serra, veíamos que diseñar un programa curricular enfocado a la práctica podía ser no solo un factor diferencial sino también una verdadera oferta de valor. Y así nació el postgrado del que ahora hemos clausurado la quinta edición.
Relacionado con el enfoque hacia la práctica, tomamos la decisión de que los integrantes de la mayor parte del profesorado fuesen profesionales de museos. Con experiencia docente y provenientes de diversos ámbitos de trabajo, para aportar una visión integral del quehacer museístico. Así por el postgrado pasan directores y directoras, educadores, conservadores, restauradores, comunicadores, comisarios de exposiciones, diseñadores, gerentes, responsables de seguridad, de administración, de programas públicos o de bibliotecas de museos. Además de los museos de Catalunya, contamos con docencia de profesionales del Museo del Prado, Thyssen de Madrid y Guggenheim de Bilbao. Del ámbito internacional han impartido clases presenciales o en videoconferencia profesionales del MoMA de Nova York, Smithsonian de Washington, National Gallery de Londres o Muséum de Toulouse, entre otros.
Las redes sociales han formado parte integral de este postgrado desde su inicio. Especialmente activos son el blog, enteramente escrito y gestionado por los alumnos, y el perfil en Twitter, @dgesm. Otra especificidad es que ha sido el primer postgrado en ser enteramente codirigido y coproducido entre un museo y una universidad, en este caso, la UPF (Universitat Pompeu Fabra). El programa, una vez aprobado por el Consejo de Estudios del IDEC (Instituto de Educación Continua de la UPF) se inició el curso 2010-2011.
Visitas a museos
Las visitas a museos y centros patrimoniales forman parte del programa académico. No se trata de realizar una visita a las colecciones, algo que los participantes tienen siempre al alcance por su cuenta, sino de propiciar el encuentro-diálogo con profesionales del centro.
En unos museos atiende al grupo el director o directora (Museu Nacional, MuHBA, Museu Blau, Sitges), en otros un conservador (Fundació Miró) o restauradores (Museu Nacional, MACBA), la gerente (Fundació Miró), programas públicos (Museo Picasso), etc. En esas sesiones se ofrece una visión desde dentro en lo referente a la gestión del museo y su actividad. En función del calendario de exposiciones también se programan visitas con los comisarios.
Proyectos de final de postgrado
La realización del proyecto final acapara gran parte del tiempo y de los esfuerzos de los participantes. Es, a la vez, lo que aporta más satisfacción una vez acabado y presentado en clase. No es únicamente el producto final lo importante, lo habrá sido casi tanto el propio proceso de desarrollo: desde el encaje de los diferentes miembros del grupo a las discusiones constructivas y las decisiones tomadas a lo largo del camino (ampliar, reducir, abandonar un camino paralelo, reorientar, etc.)
La mayoría de proyectos han dado en el blanco al identificar dónde tenían alguna carencia los museos o presentaban una oportunidad. Desde planes estratégicos a propuestas de reapertura de centros, los proyectos cubren una variedad de temas donde poder aplicar lo aprendido a lo largo del curso y la propia reflexión y experiencia. La mayoría de los proyectos podrían ser llevados a cabo si el contexto económico fuese otro. Alguno, incluso, ha visto la luz, como en el caso de Enfilant el museu comunitari, que fue presentado al público en abril de 2014.
Prácticas
La posibilidad de realizar prácticas en los museos colaboradores se ha ido convirtiendo en uno de los atractivos. No hay nada como vivir desde dentro lo que se explica en clase. Desde la coordinación académica del postgrado se hace de puente entre los centros dispuestos a acoger becarios, se identifican los departamentos y tareas donde se adscriben y se realiza una distribución de curriculums en función de los perfiles de los alumnos y sus preferencias de museos o departamentos. Las prácticas se formalizan a través de un convenio firmado entre el museo receptor y el IDEC-UPF. De media “colocamos” cerca de un 90% de los alumnos que solicitan hacer prácticas.
Bien enfocadas, las prácticas suponen un beneficio para ambas partes. Para los alumnos es una magnífica oportunidad de vivir un museo desde dentro, de aprender su funcionamiento, procesos, dificultades, resultados. Para los museos, después de una inversión inicial en tiempo y dedicación, supone una ayuda adicional en el trabajo y una inyección fresca de mirada externa, a menudo joven.
Mi experiencia directa con los diferentes becarios y becarias que hemos tenido, primero en el Museo Picasso y ahora en el Museu Nacional, ha sido extraordinariamente positiva. Tanto desde un punto de vista de rendimiento profesional (¡han llevado a cabo mucho trabajo!) como de relación personal. Rompo desde aquí una lanza a favor de los buenos becarios –la mayoría– y lanzo unas recomendaciones a los museos receptores:
- integrarlos como un miembro más del equipo
- invitarles a que participen en las reuniones de proyectos
- encargarles tareas interesantes de realizar (o si toca hacer una tarea rutinaria, que no sea en exclusiva)
- no olvidar que es una experiencia formativa
Los becarios aportan sangre nueva, entusiasmo, iniciativa y ganas, cualidades que, a veces, no todos los de casa tienen…
Después del postgrado
Es cierto que el panorama laboral actual no es el mejor. En los museos públicos las posibilidades de efectuar nuevas contrataciones han sido casi nulas en los tres últimos años. Pero también es cierto que la preparación alcanzada en el postgrado ha facilitado en algunos casos, no de forma inmediata sino después de cierto tiempo, encontrar un trabajo relacionado.
Es un motivo de alegría cuando algún/una exalumno/a nos dice que en su nuevo trabajo como ayudante de exposiciones o como community manager, por ejemplo, les ha sido muy útil lo aprendido en el curso. O a otros los hemos podido ayudar a conseguir una beca en museos del extranjero.
No son la mayoría, claro está, ni es nuestro primer objetivo, tal y como avisamos en las sesiones informativas previas. Pero en cada promoción, además de la adquisición de conocimientos y la toma de contacto directo con los profesionales en activo, a algunos les ayuda a conseguir trabajo o a mejorar cómo trabajan, y eso nos llena de satisfacción. Asimismo, la relación establecida entre los compañeros perdura y a veces ha conducido a embarcarse en una aventura laboral conjunta.
Dicen los alumnos…
A modo de muestra transcribo algunas de las reflexiones de los participantes. Como veréis, aprendemos juntos porque ellos hacen muy buenas aportaciones:
“Hoy al museo le toca replantearse si quiere ser alguien diferente. No es fácil cambiar los hábitos (y aún menos cuando éstos se adquieren de los padres, los abuelos…), pero hoy toca hacer limpieza. Es irremediable. La disyuntiva entre esencia y renovación chirría de mala manera pero es la única manera que ha encontrado el museo de guardar el equilibrio con un solo pie.”
“El museo ‘será’ y tendrá relevancia en el mundo en la medida no en que contenga obras de valor, sino que sea capaz de ponerlas en valor en el mundo contemporáneo y eso se conseguirá superando los muros del museo y proyectando el museo hacia fuera, hacia el mundo, hacia la red. […] los discursos más rompedores y valiosos provendrán de la periferia.”
“Los museos tienen que conseguir mejorar su mensaje, aprender a explicarse mejor. Ahora falta diálogo. Mucho diálogo. Los museos tienen que escuchar a sus públicos.”
“El gran reto para los museos y museógrafos del futuro será conseguir que tanto el espacio como el diseño interior sean más inclusivos convirtiendo el museo en un lugar agradable, accesible, utilizable y confortable. De esta manera, el beneficio [de la accesibilidad] redundará en todos ya que es perceptible por todos.”
“Una de las razones por las que me matriculé en el Postgrado de Gestión Museística fue poder hacer prácticas en un museo, para conocer de primera mano cómo se trabaja en ellos y por aquello de que ‘la teoría es una cosa y la práctica otra’.”
Un dato relevante: el 89% de los alumnos recomendarían el postgrado. Tenemos que seguir mejorando, seguro, pero ese dato denota que vamos en la buena dirección.
Mejoras realizadas y previstas
En esencia, la estructura y funcionamiento del postgrado siguen siendo los de origen. Pero en cada curso hemos ido afinando contenido y profesorado, y hemos introducido algunas novedades. Algunas son de formato: talleres, webinars, mesas redondas. Otras son de temas, que hace cinco años no eran tan relevantes o conocidos: analítica web, responsabilidad social, storytelling, estrategia de contenidos, por mencionar algunos.
Seguiremos teniendo muy presentes los comentarios de los participantes, profesores y alumnos, ya sean en conversación informal o en las evaluaciones. Sabemos que tenemos que intensificar la inclusión de museos pequeños –y de fuera de Barcelona– en el programa. Aunque el análisis y modelo de lo que hacen los grandes museos del mundo abre visión y aporta referencias valiosas, lo cierto es que en el panorama museístico catalán predominan los museos de dimensiones reducidas, con unas dotaciones escasas de personal y con unas necesidades de gestión muy específicas y agudas que hay que conocer bien.
Desde el IDEC se está también revisando y replanteando de forma estratégica el modelo de docencia para avanzar más en la adecuación de los programas y proyectos a las necesidades e intereses específicos de cada participante. El cambio, liderado por el rector Jaume Casals, acentuará el aprendizaje experiencial, la interdisciplinariedad, la personalización, la innovación y el establecimiento de más sinergias entre los propios másteres y postgrados como líneas de futuro próximo.
Promoción 2014-2015 en el acto de graduación recogiendo el diploma de manos del rector Jaume Casals, de la directora del IDEC, Carme Martinell. Al fondo, Pepe Serra, director del Museu Nacional y codirector del postgrado, felicitando a los graduados.
Como dice Pepe Serra, director del Museu Nacional y del postgrado, “el museo se tiene que reinventar continuamente. Hace falta audacia y visión crítica, arriesgar mucho y generar espectadores y usuarios críticos”. Esto último es lo que intentamos en el postgrado.
En el Museu Nacional consideramos un honor dirigir este postgrado de manera conjunta con el IDEC-UPF y queremos agradecer la dedicación del profesorado y la participación activa e intensa de los alumnos. Nosotros ponemos a su servicio nuestro conocimiento, experiencia y esfuerzo. Pero os puedo asegurar que también recibimos mucho en forma de visión fresca y crítica, de motivación y de conocer en cada curso a grandes personas y grandes profesionales.
¡Ya está abierta la inscripción para el próximo curso!
¿De qué necesidades formativas os parece que estamos más faltos en los museos? ¿Qué temas o habilidades querríais ver más tratados?
Enlaces relacionados
Blog del postgrau (en catalán)
El postgrado de Gestión Museística a examen: valoraciones y mejoras, 2011
Mi experiencia en California después del Postgrado de Gestión Museística, 2012
Formar part del MNAC_museu, 2012 (en catalán)
Co-directora del Curs d'Estratègia Digital_UOC_Museu Nacional d'Art de Catalunya
Co-directora del congrés CIMED de Museos y Estrategias Digitales
One comment
Un lujo ser docente en el «Posgrado de Gestión de Museos»
@eldadodelarte