Sandra Figueras
Un grupo de chicos y chicas del instituto Juan Manuel Zafra del barrio del Clot de Barcelona, acompañados de la artista Mariona Moncunill y del equipo de mediación pasamos la noche del 25 de abril en el Museu.
Era el final de la investigación artística que habían hecho durante todo el curso dentro del marco de En Residencia y el inicio del proyecto que había resultado y que presentamos hace un par de semanas en el espacio educArt, De seis a seis.
Ha sido, sin duda, un proyecto intenso para el museo porque esta vez no éramos solo parte del equipo mediador, sino el objeto de la investigación. Desde las primeras conversaciones con la artista, se desprendió que la institución tendría un papel central y que sería observada desde ángulos no habituales y respetando mucho la mirada e intereses que aportaran los alumnos.
En un cuestionario que respondieron al inicio de curso sobre sus experiencias en el mundo del arte, la mayoría mencionaban algún contacto con museos, pero a menudo en el contexto de un viaje o de una salida organizada por la escuela, experiencias que no habían sido siempre del todo gratificantes. Amina, por ejemplo, respondió:
En primaria fui a muchos museos y me gustaban mucho los cuadros, pero no me gustaba que me explicaran de qué trataba el cuadro ni cosas sobre el autor, me gustaba mirar las obras en paz.
Sin embargo, en otros casos se intuía ya un interés y curiosidad especial. Natàlia escribió:
A mí me gusta mucho ir a museos, es como otro mundo. El primer domingo de cada mes, que algunos museos tienen entrada gratuita, siempre que puedo voy.
Desde su primera visita cuando conocieron Pepe Serra, el director del Museu, estos chicos y chicas demostraron una sensibilidad especial hacia el arte y mucha curiosidad hacia todo lo que significaba el Museu y su funcionamiento. Sus preguntas iniciales se dirigieron mucho hacia las tareas de restauración y conservación de las obras, la gestión de los espacios y los equipos humanos detrás de los montajes y las exposiciones. De la mano de Mariona Moncunill también empezaron una exploración más libre del museo, para ir encontrando de manera progresiva y sin prejuicios qué aspectos les podían interesar para el proyecto artístico que tenían que hacer.
Hacia final de curso recibimos su correo electrónico con la petición de pasar una noche en el Museu, donde justificaban los motivos para hacerlo y nos explicaban las primeras ideas respecto a lo que querían hacer:
23/3/2018 8:57
Queridas Sandra y Teresa,
Somos el grupo de En Residencia del Instituto JM Zafra que trabaja con la artista Mariona Moncunill. Como ya sabéis, estamos haciendo un estudio de investigación sobre el funcionamiento del MNAC. Hasta ahora, hemos conocido cómo se prepara una exposición, cómo se guardan y se conservan las obras, hemos visto exposiciones temporales, el proceso de diseño de las cartelas…
Hemos visitado el museo durante el día y ahora nos gustaría vivir algunas experiencias dentro del museo durante la noche. Queremos conocer el funcionamiento de la seguridad fuera del horario de apertura al público, también nos gustaría vivir una experiencia en la Sala Oval cuando no haya nadie y observar las sensaciones que nos genera el espacio de las diferentes salas durante la noche. Además, hemos pensado en visitar el sótano y la terraza en horario nocturno.
Para llevar a cabo todas estas propuestas necesitamos pasar una noche en el museo y nos preguntamos si esto sería posible. Así pues, pedimos vuestro consentimiento y también vuestra colaboración. Nos comprometemos a cuidar los espacios porque no os suponga ninguna molestia.
Con esta propuesta queremos acabar de completar el conocimiento del museo y convertirla en nuestro proyecto final, que el mes de mayo presentaremos al público a la sala educArt. Creemos que sería una gran experiencia.
Esperamos vuestra respuesta y que nuestra petición sea aceptada.
Atentamente,
En Residencia
4t ESO Instituto Juan Manuel Zafra
A pesar de que habían hecho muchas visitas al backstage del museo y conocido a profesionales de diferentes áreas, sus miradas se fueron fijando en los equipos y encargados de las tareas quizás más invisibles, aquellos que además trabajan en las horas que el museo está cerrado al público, o en los espacios que no son visitables: la limpieza, la seguridad y el montaje de exposiciones. Este fue el germen de De seis a seis: una serie de acciones concentradas en una noche para poner de relieve esta invisibilidad, por eso se tenía que hacer desde las 6 de la tarde, cuando se cierra al público y empieza el turno de los vigilantes por la noche, hasta las 6 de la mañana siguiente, cuando empiezan a trabajar los equipos de limpieza.
Aquella tarde y noche, los chicos y chicas demostraron de nuevo la capacidad de organización e implicación que tenían con el proyecto. Para poder desarrollar las tres acciones que tenían pensadas se dividieron en grupos de trabajo y pasaron la tarde organizándose y ensayando las acciones. También hubo un tiempo de descanso antes de empezar la noche para cenar y disfrutar de las vistas del Museu desde la azotea y por la noche.
Así describen en el blog que recoge el proceso creativo, en qué se concretaron las tres acciones de aquella noche:
Una de las acciones era en la Sala Oval, una performance (obra de teatro sin sonido más abstracta y de alguna manera más viva), con la que queremos destacar la importancia de las personas que hay detrás del museo haciendo que este funcione.
También realizamos una acción en las salas más visitadas del museo en horario diurno, por ejemplo, la sala en la que se encuentra el Pantocrátor. Nuestro acto consistía en grabar los sonidos/ruidos de estas durante 10-15 minutos, en diferentes horas con unas grabadoras de alta calidad, que permitían sentir el mínimo ruido realizado.
Una de las intervenciones fue la de seguridad que consistía en hacer un seguimiento de sus rondas nocturnas. El grupo se dividía en dos parejas; mientras una pareja estaba en la sala de control con un vigilante, el otro grupo estaba haciendo una ronda con tres vigilantes, pasando por las galerías, reservas, sótano…
Una vez acabadas las acciones que se alargaron hasta muy avanzada la madrugada, los alumnos durmieron en el espacio educArt, que se convirtió en campo base y habitación y hoy es el espacio expositivo donde se muestra el proyecto. Hacia las 7 de la mañana, después de haber devuelto los carros a las mujeres que empezaban ya a limpiar el Museu, nos fuimos juntos mientras nos cruzábamos con los trabajadores que empezaban a llegar.
En un próximo artículo compartiremos las impresiones de los chicos y chicas, de vuelta al instituto, en conversación con los alumnos, la profesora y la artista.
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