Juan Carlos Asensio
¿Cómo se relacionan las imágenes y la música del románico? Los manuscritos de canto gregoriano y de canto visigótico permiten avanzar una respuesta: el contenido pintado en ábsides y frontales de altar, las figuras talladas en arquetas y capiteles, incluso las fórmulas rituales esculpidas en inscripciones conmemorativas, tienen su equivalente sonoro en los neumas que delimitan el espíritu sensual de las palabras. Porque las sociedades de los años del románico estaban habituadas a escuchar con los ojos, a mirar narrativamente los mensajes del arte. La memoria melódica delimitaba la contemplación plástica en un tiempo definido y sagrado. Actualmente, el diálogo entre la piedra, la madera, el color y la voz permite a los estudiantes de la asignatura Canto llanoasimilar en contexto una situación performativa que los acerca a la estética medieval. Este itinerario invita a los espectadores virtuales a compartir esta experiencia:
Santa Maria d’Àneu
Rodeada de querubines y serafines, se intuye esta Maiestas Mariae, sedente, firme, y a sus pies las criaturas aladas entonando una triple alabanza al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: Sanctus, Sanctus, Sanctus… Esto mismo proclama el Te Deum, uno de los escasos himnos en prosa que nos han llegado, perteneciente al repertorio de la Galia, aún con texto del griego Nicetas Remesianus, del siglo IV.
La interpretación regular de este himno al final de los maitines de los días festivos convirtió esta pieza en una de las más populares y difundidas, que posteriormente pasaría a formar parte del repertorio gregoriano. Imagen y música se dan la mano en esta triple alianza.
Escuchad el Hymnus III:
Sant Climent de Taüll
Como un reflejo de la majestad terrenal, pronto apareció, en determinadas ceremonias en las que emperadores y reyes estaban presentes, un canto de aclamación que mostraba su poder nacido de la divinidad. Es lo que conocemos como Laudes regiae o Laudes carolinae, por el hecho de que se difundieron precisamente en la época de Carlomagno y, por lo que parece se dedicaron a él por primera vez con motivo de su coronación imperial la Navidad de 800.
Se trata de unas aclamaciones sencillas que muestran la grandeza de Cristo, su majestad, su reyno y su imperio, seguido de unas peticiones a modo de súplica para que la divinidad ayude y favorezca al soberano, siempre,pero, bajo el amparo de la majestad divina. De factura sencilla, todas tenían fácil respuesta para que el pueblo reunido pudiera participar en el canto colectivo.
Escuchad el Christus Vincit:
Majestad Batlló
La iconografía cristiana ha tenido entre sus imágenes privilegiadas la representación de Cristo en la Cruz. Y la alabanza y la veneración no se quedan en la figura del crucificado, sino que van más allá y se centran en la adoración de la propia cruz, vehículo del martirio y la posterior resurrección. Necesária para colocarla presidiendo los altares para la celebración, además surgieron fiestas en las que se la veneraba preferentemente como el 3 de mayo o el 14 de septiembre.
Pero si existe un día que se dedica a la Cruz es el Viernes Santo. De su liturgia hemos extraido esta breve pieza que empieza el ritual de la adoratio crucis. De origen galo/hispánico, con gran parecido a la sonoridad del Te Deum, es una pieza sencilla en estilo silábico que termina con una alusión a la cruz y a la salvación que gravias a ella se producirá de todos los hombres. Es al mismo tiempo Cristo crucificado, pero en majestad.
Escuchad el Cantus in adoratione:
Frontal de altar de Avià
Situados de forma visible a los fieles, los frontales de altar cumplen una función pedagógica notable en toda la historia de la liturgia y, a modo de un cómico moderno, pueden reproducir diferentes escenas que transcurren en varios momentos, mostrando a los fieles una realidad que se les narraba también en los diferentes episodios bíblicos.
De la misma forma las antífonas cantadas del Oficio Divino funcionan como pequeñas historias que, fragmento a fragmento, van desgranando un episodio. En este caso destaca la escena de los Magos guiados por la estrella que se dirigen al lugar del nacimiento para ofrecer sus dones. En esta antífona -que pertenece a las vísperas de la Epiphanía– primero se situa la escena y después aparece el diálogo de los personajes describiendo incluso sus regalos, con la sonoridad plena del modo octavo.
Escuchad el Ad Magnificat:
Frontal de altar de Cardet
Situados de forma visible a los fieles, los frontales de altar cumplen una función pedagógica notable en toda la historia de la liturgia y, a modo de un cómico moderno, pueden reproducir diferentes escenas que transcurren en varios momentos, mostrando a los fieles una realidad que se les narraba también en los diferentes episodios bíblicos.
De la misma forma las antífonas cantadas del Oficio Divino funcionan como pequeñas historias que, fragmento a fragmento, van desgranando un episodio. En este caso destaca la escena de los Magos guiados por la estrella que se dirigen al lugar del nacimiento para ofrecer sus dones. En esta antífona -que pertenece a las vísperas de la Epiphanía– primero se situa la escena y después aparece el diálogo de los personajes describiendo incluso sus regalos, con la sonoridad plena del modo octavo.
Escuchad el Vox in Ramà: