Sandra Figueras
Ahora que iniciamos la octava edición del programa Creadors en Residència als instituts de Barcelona y nosotros comenzamos nuestro cuarto año como mediadores, queremos compartir aquí la experiencia del pasado curso con la street artist BTOY.
Muros de calle, de instituto y de museo
Los puntos de partida de la elección del tema fueron: la intuición de que el arte urbano podía ser interesante para la franja de edad correspondiente a los alumnos de instituto, que el muro como soporte conectaba con el arte románico y de pasada con el museo, y, finalmente, que ejecutar un mural de manera colectiva era un buen objetivo para un proyecto colaborativo como En Residència.
El street art o arte urbano es una expresión que amplía las fronteras de lo que entendemos generalmente por grafitti y que se utiliza para denominar las manifestaciones artísticas que se dan en el espacio público en contraposición al arte que se muestra en las galerías o los centros de arte. Tampoco es fácil acotarlo en cuanto a las técnicas porque cada vez se manifiesta con lenguajes más variados: stencils, adhesivos, acciones, etc…
Es evidente que la calle es un territorio para la comunicación y que cada vez está más llena de imágenes que nos interpelan, y trasladar esta potencia comunicativa a los muros de un instituto podía ser un proceso muy rico. Los edificios que acogen los centros educativos son a menudo impersonales y están llenos de paredes grises y muros que limitan sus patios. Por eso el objetivo fue claro desde el principio: hacer un mural permanente en el instituto. El IES Domènech i Montaner estuvo de acuerdo con ello y se decidió con el equipo el muro idóneo para hacerlo.
En esta relación a tres bandas creador/instituto/mediación que propone En Residència, nosotros, como tercera pata, a parte de la experiencia en el ámbito educativo, aportamos la colección y todo aquello que el museo significa. Es por ello que siempre hemos sugerido que los creadores lo tengan presente en sus procesos, les hemos facilitado el acceso a todos los ámbitos del museo y los contactos con los profesionales.
Si bien un arte tan nuevo y tan poco institucional como el street art puede parecer a priori muy alejado de lo que se conserva en el museo, tiene una vinculación evidente con los murales románicos de la colección, también con un montón de mensajes para quienes los miraban hace miles de años. Es por eso que se propuso a la creadora de acabar la residencia con un segundo mural dentro del museo, por la significación que podía tener pintar un mural colectivo contemporáneo a pocos metros de distancia de unos frescos con más de mil años de historia.
La creadora residente
Nacida en Barcelona y conocida sobre todo por su nombre de street artist BTOY, Andrea Michaelsson ha estado creando sus stencils y pintando en la calle desde el año 2001. Sus murales, los grabados y las telas que menudo muestran mujeres iconos de la cultura pop, se encuentran en las calles y galerías de Barcelona, Londres y París, entre otras muchas ciudades europeas, pero también de América del Sur e incluso de Indonesia.
El proyecto en el instituto y el proceso de trabajo
La primera parte de la residencia consistió en familiarizarse con el trabajo y los intereses de la creadora, y se realizó una ruta de murales por el barrio del Poble Nou, donde los alumnos pudieron ver en directo un par de trabajos de Andrea a gran escala.
En esta primera toma de contacto, los alumnos también aprendieron la técnica del stencil o plantillas. Los resultados de estas pruebas en pequeño formato fueron expuestos en el vestíbulo del instituto y, más adelante, en la sala de actos de la biblioteca pública del barrio, la Francesc Candel.
Desde enero la residencia empezó a focalizarse en el mural que se llevaría a cabo en la escuela, y el primer paso fue decidir conjuntamente con el grupo sobre cuáles podían ser los motivos que trataría. Después se realizó una serie de sesiones fotográficas para hallar los personajes que aparecerían en el mural.
El siguiente paso consistió en tratar las fotos para convertirlas en plantillas. Las imágenes tratadas se proyectaban en gran formato, lo que permitía dibujarlas sobre cartón y finalmente recortarlas para tener los stencils.
La última fase del proyecto consistió en preparar la pared escogida del instituto, situada en una terraza del patio. Los trabajos empezaron con un fondo a partir de geometrías que crearon los alumnos y, finalmente, pintaron encima, con sprais y mediante las plantillas, los personajes del mural.
Mientras Andrea y el grupo estaban ya de lleno en pleno proceso de realización en el instituto, se organizaron para concebir el segundo mural que iría al museo, para llevarlo a cabo durante las últimas tres semanas de la residencia.
Puntos fuertes de la residencia
- la temática y el soporte con el que trabaja BTOY han sido interesantes para parte del alumnado desde el principio, y el street art ha sido un foco de interés para los chicos y chicas.
- el hecho de que el grupo fuera de 15 alumnos ha favorecido la residencia. La mayoría eligieron esta asignatura optativa por el interés del proyecto y el tema.
- el blog se pautó como una tarea fija de la tercera hora de la residencia. El profesor estableció también que los alumnos escribieran las entradas del blog e hicieran las fotos. De esta manera ha sido un diario autogestionado y continuamente actualizado.
- el hecho de que la creadora empezara pronto con un proceso práctico, enseñándoles la técnica del stencil/plantillas fue un éxito, puesto que proporcionó confianza y motivación a los alumnos.
Puntos débiles: para reflexionar sobre ellos
- la escuela ha mostrado mucho interés en organizar las salidas, pero a pesar de ello ha habido poca flexibilidad en cuanto a los horarios, aunque a veces esta era necesaria.
- no se ha podido realizar ninguna colaboración con otros profesores del instituto; no se han encontrado ni los espacios ni la manera para que esto fuera posible.
- la creadora ha expresado que le habría ayudado tener la complicidad de un profesor/a de Visual y Plástica, para complementar y reforzar el proceso de concepción y desarrollo del mural.
- el grado de implicación de los alumnos en el proyecto final no ha sido unitario, ha habido diferentes grados de interés y participación. La desmotivación de algunos de ellos no se ha podido reconducir.
- la mediación podría haber estado más presente en el aula; este año hemos llevado a cabo un apoyo más organizativo y de gestión y, visto retrospectivamente, podríamos haber apoyado más y estar más presentes durante el proceso de concepción del mural, momento en que la creadora se ha encontrado más dificultades a la hora de motivar a los alumnos.
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