Trabajando por el cambio: el laboratorio de la educación

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Esther Fuertes

Quo Vadis- On vas, Creadores En residencia en los institutos de Barcelona, 2017. Fotografía: Víctor Jaenada

Hablemos de aprendizaje

«El museo del siglo XXI no es un templo, no es una escuela, no es un medio de comunicación. Es una esfera pública para el aprendizaje a lo largo de la vida.»

Michele Antoine, directora de exposiciones de la Universcience France, iniciaba así una  conferencia y presentaba el museo como un sitio privilegiado para alimentar mentes curiosas. Una afirmación sencilla, que supone, sin embargo, un cambio de mentalidad respecto a la manera tradicional de pensar la educación en el museo.

¿Sois de los que pensáis que la acción educativa del museo está básicamente destinada al público escolar o familiar? ¿Pensáis que la educación es solo una tarea del departamento que lleva este nombre o, al contrario, sois capaces de identificar vuestra parcela educativa en vuestro trabajo diario?

Continuemos haciéndonos preguntas: ¿os habéis interpelado alguna vez sobre cómo aprendemos? o ¿cómo hizo aquel maestro o aquel educador de museo para que todavía hoy recordéis lo que os enseñó?

Quiero compartir con vosotros algunas ideas que, no por conocidas, me parecen menos valiosas.

«Dímelo y lo olvido, enséñamelo y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo,» dijo Benjamin Franklin

Casi dos siglos más tarde el psiquiatra norteamericano William Glasser realizó una serie de estudios que le permitieron explicar la relación entre el procedimiento utilizado para enseñar y la cantidad de información retenida por los individuos. Sus conclusiones se muestran muy claramente en la infografía siguiente:

Pirámide del aprendizaje de William Glasser

Simplificando mucho, podríamos extraer la idea de que las personas aprendemos más cuando hacemos e interactuamos con los demás, y aún más cuando hacemos de maestros. ¿Cómo personas que aprenden, os sentís identificados? y si sois educadores, ¿dónde clasificaríais vuestras prácticas educativas? Aunque afortunadamente esto está cambiando, hasta hace poco, una parte importante de los aprendizajes de los estudiantes se vehiculaban a través de los canales menos efectivos, los que ocupan la parte superior de la pirámide. Y la verdad es que esto no nos lo podemos permitir.

La renovación educativa está servida y queremos participar en ella

Necesitamos una educación de calidad y para todos que nos enseñe a vivir y a sobrevivir en este mundo en cambio continuo, volátil y complejo. Una educación que nos entrene para la autonomía del conocimiento, nos capacite para aprovechar la revolución tecnológica y para crear oportunidades en un contexto de incertidumbres. En Europa esta renovación se desencadenó con el Informe Delors, en los años 90.

Desde el mundo académico y también en el museo, ya hace tiempo que estamos trabajando para adaptarnos al cambio de paradigma educativo. La clave: abandonar el enfoque transmisor de la educación tradicional e ir hacia una construcción compartida del conocimiento. Una idea de educación holística que piensa en el individuo de forma integral y que se desarrolla en los programas educativos formales en torno a cuatro ejes:

  • Aprender a conocer
  • Aprender a hacer
  • Aprender a ser
  • Aprender a convivir

Estos cuatro aspectos se concretan alrededor de una serie de competencias básicas, un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que la persona debe saber movilizar y aplicar para dar respuesta a situaciones y o problemas de la vida cotidiana, académica y profesional.

Una educadora utilizando el cómic para ayudar a entender el románico. Foto: Marta Mérida

En el momento actual, este enfoque está empezando a ser una realidad en las aulas. Para avanzar más rápidamente se han multiplicado las plataformas de entidades educativas que impulsan la innovación y la colaboración entre centros, tales como Escola Nova21, Xarxes per al canvi o la Fundació Jaume Bofill. El museo quiere estar presente y participar en este cambio. Un ejemplo de esta voluntad ha sido el Proyecto Tàndem, un proyecto de co-creación con un centro educativo del barrio, con el que hemos aprendido mucho y estamos intentando capitalizar con el fin de poder ser útiles a más centros. Además, el museo participa activamente en algunos de los foros donde se discute sobre educación y museos, como la Comunitat de Pràctica Museus i Escola, integrada por profesionales de los museos y docentes, el grupo de trabajo Museos y accessibilidad  y el Nuevo Consejo de Innovación Pedagógica, que impulsa el Instituto Municipal de Educación.

Tráiler de Tàndem Art a l’escola [1’54 min]. Video entero en los enlaces relacionados del final

El laboratorio de la educación: poniendo al visitante en el centro

Este nuevo escenario educativo plantea que el rol del educador es el de diseñador de las condiciones y las experiencias de aprendizaje. Es más un guía y un orientador del proceso de aprendizaje, que un transmisor de información. El sujeto que aprende lo tiene que hacer de forma activa, dialéctica e integrada. La selección del contenido debe ser lo más significativa posible y debe facilitar al aprendiz la obtención de experiencias útiles para la vida. Nuestras aspiraciones como educadores deberían estar más cerca de encender la chispa de la curiosidad y las preguntas que rellenar las mentes como si fueran recipientes.

Si en el contexto de la educación formal la revolución lleva de la mano situar al alumno en el centro del proceso de aprendizaje, en el museo del siglo XXI el foco debería centrarse en el visitante.

Para los profesionales del museo, orientar nuestra acción educativa en esta dirección significa formarse y estar presente en los foros de debate, evaluar y reflexionar sobre nuestras prácticas, romper inercias y debatir en profundidad sobre cuál puede ser nuestro rol en este contexto educativo.

Significa también aceptar que llevar a cabo este proceso de adaptación requiere tiempo y esfuerzos. Dar cabida dentro de los equipos profesionales a los espacios de laboratorio, de experimentación y de co-creación es fundamental para avanzar.

Nos ponemos manos a la obra, Programa Educativo 2017-2018

Tal como habréis imaginado por el tono del artículo, estamos en proceso de cambio. Este año, en el marco del programa educativo para escolares, intentamos cambiar la forma tradicional de acercarnos al arte románico. Estamos experimentando otras maneras de hacer en las salas que fomenten la indagación, la elaboración de hipótesis, el diálogo, la simulación y el aprendizaje cooperativo. Esta primera acción se concreta en la propuesta educativa Exploremos el románico. Una aproximación al mundo medieval desde los valores contemporáneos, que hemos puesto en rodaje este año.

Desde hace un año y a raíz de la experiencia con el proyecto Tàndem, estamos formando a nuestro equipo de educadores en la metodología de las Estrategias de Pensamiento Visual (VTS), a fin de contar con una herramienta que nos ayude a escuchar todas las voces, crear debate, fomentar el espíritu crítico y despertar la curiosidad a partir de los referentes y los intereses de cada visitante. Esta otra manera de mirar la hemos incorporado este curso a las actividades EmocionARTE (de 6 a 8 años, de 8 a 10 años y de 10 a 12 años) y en el nuevo programa familiar.

Para acercar esta metodología a los docentes hemos realizado cursos de formación que se iniciaron este verano en colaboración con el Museo Picasso y el ICE (Instituto de Ciencias de la Educación) de la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona). Próximamente abriremos un seminario de práctica para los docentes que ya han hecho el primer nivel.

Asimismo continuaremos colaborando con el Programa Universitario para Personas Mayores de la Fundación Pere Tarrés.

En la misma línea comenzaremos este año a explorar con el Departament d’Ensenyament y en el marco del Plan de Educación de Adultos, la posibilidad de crear un programa de aprendizaje de la lengua a través del arte adaptado a las necesidades de este colectivo.

Los artistas contemporáneos y su manera de interpelar la colección desde el Espacio EducArt con artistas como este año Pep Vidal y desde los institutos el Programa Creadores en Residencia, seguirán siendo agentes educativos de primer orden sobre los que trabajaremos un año más.

Quo vadis – On vas. Conversa con Víctor Jaenada, EN RESiDÈNCIA en el Instituto Les Corts [en catalán] from Museu Nacional on Vimeo.

Como decía Miquel Martí i Pol «todo es camino desde ahora…»

¡Buen trabajo y buen comienzo de curso!

Enlaces relacionados

Documental “Tàndem, art a l’escola” (subtitulado en castellano) (24’45 min)

Estrategias de Pensamiento Visual VTS

¿Qué hace un artista com tú, en un instituto como este?

Educar a través de las artes. El reto del Tándem de la Escuela Miquel Bleach y el Museu Nacional d’Art de Catalunya

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